Con la pose de una enlutada Edith Piaf, sola en la oscuridad del escenario, un único haz de luz baja desde lo alto y alumbra a esa voz rasgada que ya llora mejor que la Vargas... Y los miles de asientos repletos de manos en alto, van desapareciendo poco a poco detrás de su aterciopelado piensa en mi...
La diminuta figura comienza a crecerse y reflejada en las pantallas laterales, derrama lágrimas "entre sus recuerdos" y muchos Gracias a la vida... El rojo del amancer da paso a un juego de luces y colores inesperados para los que sólamente venían preparados para el desgarro de la trompeta y el bolero; para la historia de un amor bailada por los más mayores en los pasillos y escaleras de acceso.
Rufino hace aparición entre bambalinas; las notas discordantes van invadiendo todo el espacio y la Luz impera y prevalece después de haber estado casi apagada durante tanto tiempo....
¡Qué grandísima eres! Y qué gran rato nos has hecho pasar...
Me hubiera gustado muchísimo poder ver esa gran aparición de Luz.
ResponderEliminarA mí también me has dado envidia. Me habría encantado estar allí.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Chicas, chicas! no os preocupéis... Creo que para finales de mayo da otro concierto por aquí cerca... Así que id ahorrando, que si es por mí... ¡Repetimos!
ResponderEliminarAbrazos a las dos.