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lunes, 24 de diciembre de 2012

Sansueña o el Feliz nacimiento de Mitra.

Esta cuestión de estar inmersos en la tradición-maraña de la que no nos libra ni el efecto rebote de la negación, a veces cabrea un tanto a los sansueñeros. 
Se reviste Sansueña para el evento esperado durante un año. Como manda la tradición católica, miles de tentáculos luminarios recorren el espumillón que va disfrazando los regueros de harina dulce. Las miles de cartas llenas de pequeños ojos se cristalizan en el papel charol que lo invade todo: bombones, regalos, apretones de manos, abrazos-sms, whatsapp. Modernidad para el nacimiento del niño que se salvó de milagro del supuesto meteorito precolombino.
Pero siempre queda un resquicio de duda en este bendito pueblo mesetario. Los mayas, el fin del mundo, las profecías del boca a boca a lo largo de los siglos le son demasiado familiares para ser ignoradas por ese mono loco que pasea sus calles. Caramba con las novedades: un pesebre sin mula ni buey, nueva nacionalidad de los Reyes Magos, ahora el Niño nació a la vez que Mitra y habremos de conformarnos con la pedrea del día 6 de enero. Preocupado de la razón o no de estos extraordinarios y celebratorios hechos, lo demás, melancólico, taciturno, hipocondríaco prisionero de la Arcadia del presente, le aburre. Si lo original es la novedad de ahora o el remontarse al origen del todo no le preocupa lo más mínimo y se pierde, encandilado, en el tintineo incesante de las bolitas de ensueño, Loterías del Estado.


 
(Sibilas detrás de la Catedral de Barcelona. 15.XII.2012)

Camine el sansueñero, baje hasta el valle que la nieve cubrió y pida por esta Unreal City que es Sansueña. Que Mitra traiga la luz y la abundancia con su sacrificio. O que la suerte le acompañe.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

The Walking Dead o porqué una acaba enganchada a las series yankis-zombies

En medio de un mundo conmocionado como éste, en el que vemos a diario cómo se violan los derechos de los niños desde la no escolarización o la esclavitud, hasta viéndoles morir sin empacho alguno mientras comemos, una no tiene nada mejor que hacer que ver series yankis sobre el apocalipsis zombie y cosas por el estilo. Y, al final, una descubre sorprendida, que a veces hasta tienen cosas en común...

¿Conocen ustedes The Walking Dead ( TWD)? Les dejo un link para que se informen si quieren, descarguen capítulos, etc. Pero, para lo que nos interesa ahora, les diré que había un vez en una tierra llena de zombies cómelo-todo tres niños: Carl, Sophia y Penny.

[Aviso que este devaneo es un spoiler como la copa de un pino... además de contener links a vídeos de youtube completamente zombie-asquerosos .]


El tema del niño en The Walking Dead salió, casualmente, el otro día en una reunión de amigos - terapiadeestudiantesdedoctoradosinbeca. 
Uno de los aspectos que más llama la atención en esta serie-secuela de cómic-, seguramente por las altas dosis de sangre, violencia y cosas desagradables en general, es el hincapié en la evolución de un personaje que siempre - por lógica humana o humanidad, simplemente - ha permanecido intacto, protegido de cualquier ataque. El niño, la infancia y ese perímetro sagrado que los happy endings nunca trataron. 

Entonces viene TWD y lo revienta. 

En la primera temporada veíamos a un inocente niño Carl que pasó de no entender nada inmerso en sus mundos de piruletas y escursiones a lo boy scout, a empuñar un arma a raíz de la desaparición de otro personaje infantil, Sophia. De ahí, a que ahora - temporada III- el chavalillo dispare sin dudarlo - quizá esto es lo más chocante: él fue educado, creció con esos valores -  median un par de capítulos. 

Ese segundo personaje infantil femenino se pierde en mitad de un bosque y no reaparece hasta bien entrada la segunda temporada, con el añadido de haber sido convertida en "caminante".De este modo, Sophia representa el segundo escalón, la conversión del niño en zombie, pero quedándose en el momento justo, en el duelo materno. Sólo vemos el resultado del desmoronamiento humano ("de niña a zombie", que diría Julio Iglesias...). Se pierde, pues, la niña y encontramos a un caminante más que el líder del grupo se ocupa de eliminar con un tiro limpio - otra escena que impresiona y hace vulnerable a la infancia, que permite corromperla. Niña perdida - niña encontrada - niña zombie - niña muerta. Resulta que primero han desvulnerabilizado al personaje del niño, inculcándole la posibilidad de ser convertido - atacado. Pero no se queda ahí la cosa, ya que el niño, una vez es caminante, posee cierto perfil psicológico dado, hasta ahora, mediante la actuación de ciertos seres cercanos, ya bien sea la madre en el caso de Sophia o la hermana en el caso de Andrea, motivo muy recurrente en esta serie.
Per ahora viene "la chica". Damos un paso más allá: hacia el lado violento-truculento-escatológico del zombie en sí. Esto es lo que hemos podido ver en la primera parte de la tercera temporada con la hija del Gobernador Philip, Penny. Ella sería el tercer paso en la evolución de este personaje del "niño" que, lejos de mantenerse a salvo, personifica la degradación, más que humana, mundana y universal que sufre este santo planeta. Vamos, que aquí no se slava ni Peter...

Y aún queda más: la neófita Judith (el bebé que veían en el video de la parturienta por cesárea). Pero eso supongo que lo dejaremos para próximos capítulos... 


Se deja abierta la línea de opiniones, sorpresas, desagrados, premoniciones, etc. para los frikis que sigan o no la serie, así como los adelantos (lo del spoiler o no ya lo moderaremos de alguna manera) de aquellos que hayan leído el cómic.