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jueves, 31 de marzo de 2011

El cuento anarquista... del siglo XXI

"El Cristo descendió de su cruz y dijo al creyente que oraba de rodillas ante él:

- Hijo mío, sois unos imbéciles. Hace diecinueve siglos que predije la paz, y la paz no se ha hecho. Predije el amor, y continúa la guerra entre vosotros; abominé de los bienes terrenos, y os afanáis por amontonar riquezas. Dije que todos sois hermanos, y os tratáis como enemigos. Hay entre vosotros tiranos y hay gente suq se dejan esclavizar. Los primeros son malvados; los segundos, idiotas. Sin la pasividad de estos, no existirían aquellos. [...] ¿Por qué sufrir en silencio cuando se tien la fuerza del número... del derecho? [...]

Uno de mis más amados discípulos, Ernesto Renán, ha dicho que yo fui un anarquista. Si ser anarquista es ser partidario del amor universal, destructor de todo poder, perseguidor de toda ley, declaro que fui anarquista. [...] ¿Por qué os complacéis en destrozaros? [...] Hijos míos, ¿por qué sois tan imbéciles? [...] Sacudid el yugo los que sufrís la tiranía; destruid la opresión los que vivís esclavizados. Con vosotros, los obreros, está la fuerza; vosotros sois el mayor número. Si agonizáis en las fábricas es porque no tenéis la entereza de saber vuestro derecho.

Levántate, levántate, hijo mío. No es de los tiempos que corren la oración, no es de esta época de lucha la resignación mística. Me habéis injuriado gravemente; habéis disfrazado mis doctrinas. No legitiméis con mi nombre la explotación. Los que mantienen gobiernos y soldados no son mis discípulos.

¡Levántate y lucha!"



"El Cristo nuevo"

José Martínez Ruiz, Azorín.

El Porvenir del Obrero, núm. 91, 8 febrero 1902, pág. 2-3.

[Recogido en: Lily Litvak, El cuento anarquista (1880-1911). Antología. Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo. Madrid, 2003. ]

lunes, 21 de marzo de 2011

Día mundial de la poesía.

Vino primero pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fuí odiando sin saberlo.
Llegó a ser una reina
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de hiel
y sin sentido!
Más se fue desnudando
y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica y
apareció desnuda toda.
¡Oh pasión de mi vida,
poesía desnuda,
mía para siempre!
Eternidades (1918)
Juan Ramón Jiménez (1881 - 1951)

miércoles, 16 de marzo de 2011

La tele del Cervantes

Os dejo unos links para esos pequeños ratos de aburrimiento en los que cualquier cosa para hacer es mejor que hacer lo que se debe...

Y desde aquí, podéis ir cotilleando qué se cuece por los entresijos del IC...

- TV Lengua y enseñanza.
- TV Música y danza.
- TV Entrevistas.
- TV Actividades.
- TV Literatura y pensamiento.
- TV Artes plásticas.
- TV Documentales.

Venga, que ya no tenéis excusa para no venir a verme y obsequiarme con una cervecita, ¿eh?

miércoles, 9 de marzo de 2011

Miércoles de Ceniza

“Fin de Carnaval”

Es Miércoles de Ceniza.
Fin de Carnaval.
Tarde de lluvia inverniza
Reza el Funeral.

Con ritmos destartalados
Lloran en tropel,
Mitrados ensabanados,
Mitras de papel.

Lloran latinos babeles,
Sombras con capuz.
Lleva al arroyo rieles
La taberna en luz.

Los pingos de Colombina
Derraman su olor
De pacholí y sobaquina.
¡Y vaya calor!

Un Pierrot junta en la tasca
Su blanco de zin,
Con la pintada tarasca
De blanco y carmín.

Al pie de un farol, sus flores
Abre el pañolón
De la chula: Sus colores
Alegrías son.

¡Cómo la moza garbea
Y mueve el pay-pay!
¡Cómo sus flecos ondea
En el guirigay!

El curdela narigudo
Blande un escobón:
-Hollín, chistera, felpudo,
Nariz de cartón-.

En el arroyo da el curda
Su grito soez,
Y otra destrozona absurda
Bate un almirez.

Latas, sartenes, calderos,
Pasan en ciclón:
La luz se tiende a regueros
Sobre el pelotón.

Y bajo el foco de Volta,
Da cita el Marqués
A un soldado de la Escolta,
¡Talla de seis pies!

Juntan su hocico los perros
En la oscuridad:
Se lamentan de los yerros
De la Humanidad.

Por la tarde gris y fría
Pasa una canción
Triste. La melancolía
De un acordeón.

Los faroles de colores
Prende el vendaval.
Vierte el confetti sus flores
En el lodazal.

Absurda tarde. Macabra
Mueca de dolor.
Se ha puesto el Pata de Cabra
Mitra de Prior.

Incerteza vespertina,
Lluvia y vendaval:
Entierro de la sardina,
Fin de Carnaval.


La pipa de kif (1919)

Valle-Inclán

martes, 8 de marzo de 2011

Martes de Carnaval

"Don Carnaval"

Vino de jarra... Picardía
y alegría... Don Carnal,
como ahora nada sage,
viste un traje medioeval.
Pardas tierras, ancho llano,
tan liviano en su verdor,
que a tenderse en él convida
y a la vida, y al amor.
Dame un trago de tu vino
¡oh divino Juan Ruiz!
Y tu sin melancolía
picardía nazca en mí.
Porque cante solo el hombre,
sin más nombre. Y la mujer
sin más norte, ni deseo,
ni otro empleo que querer.
Riámonos del que goza,
mozo o moza... Su furor
es ridículo. Y violento
el momento del amor.
Mas nosotros, que burlamos,
no evitamos su poder.
... Y ahora son a reír los otros,
y nosotros a querer.
Y Doña Trotaconventos,
en sus cuentos lo contó...
Que ella, aunque ya vieja y seca,
si hoy no peca... ya pecó.

* El mal poema (1909)
Manuel Machado

lunes, 7 de marzo de 2011

Lunes de Carnaval

"Carnaval"

Lujurioso y funambulesco,
en delirante bacanal,
cascabelea el pintoresco
caballero Don Carnaval.

Con su boca pintada prende
fiebre de besos en las bocas;
es el diablo sensual que enciende
la sed de las vírgenes locas.

Suena la alegre catarata
de una fresca risa argentina;
es la eterna risa de plata
de Colombina.

Con su áurea diadema de talco,
perfumada, blanca y banal,
muerde, en el misterio de un palco,
la fruta del bien y del mal.

Y tanto Pierrot canta una
dulce y romántica balada,
brillan los cuerpos de la luna
junto a su frente enharinada.

Don Carnaval, loco y grotesco,
ebrio de vino y de aventura,
se une en un tango canallesco
con su comadre la locura.

¡Dulzor del instante encantado!
¡Amorío breve y falaz!
¡Qué bien sabe el beso robado
junto al rasp del antifaz!

Y mientras Colombina apura
su copa, y huye en la comparsa,
llora Pierrot, que es la figura
más noble de esta vieja farsa.

Suena lejana una argentina
cascada de notas inquietas.
Es la risa de Colombina
que hace llorar a los poetas.

Carnaval ahuyenta el siniestro
pensamiento. ¡La vida vuela...
y anda la Muerte en torno nuestro
vestida de Polichinela!


Emilio Carrere (1880 - 1947)

Versos de Bohemia.

viernes, 4 de marzo de 2011

Viernes tarde...

Dudo bastante del papel que tengo que hacer aquí. Pero bueno, el caso es que me pagan. Y no por dudar, precisamente. Son casi las 5 de la tarde. Hace dos horas que estoy aquí, viendo desaparecer gente. Viendo desaparecer pasos delante de mis narices de becaria… Aún un rato por delante. Y después, un metro, una clase, el autobús, un atasco hasta Segovia… Día largo el del viernes. Aprovecho, puesto que estoy sola en “la pradera” de escritorios y cristaleras, a leer. En formato fotocopia. Para que la cámara que tengo en el logotipo del marco de la pantalla no me delate. Que os creéis que, por becaria, soy tonta. Y no. A veces, incluso, hasta puedo llegar a engañar. Ya ves qué cosas… Decía, aprovecho a leer. Ensayo hispanoamericano. Me aburre leer una y otra vez la escritura como fundación; la no-historia por la no-escritura; la epopeya como pasado mítico;… También dudo de esto. 5 años leyendo lo mismo. Ya cansa un poquito, ¿no? La alternativa son leyes… Bueno, quizá la lectura de Scheines no esté tan mal del todo… Me entra sueño. Quiero café y lo único que está abierto hoy, a estas horas, es la puerta del baño… Miro, desde el escritorio, la calle. Al fondo, una enorme bandera hondea tapando un poquito del inmenso edificio de Correos. ¡Qué vistas! Seguro que mi padre engorda de felicidad en su andamio cada vez que se imagina a su hija aquí. Donde estoy yo ahora mismo… Desde aquí adentro siempre parece de noche allí afuera. Es triste. Todo silencio. Todo oscuridad. Sólo un ruido, como lejano, eléctrico, que suplanta el viejo “tic-tac” de las oficinas de antes, de los antiguos bancos... 25 minutos y podré escaparme. Con tarjeta de identificación. Con prisa. Con frío. Con gente que estorba en medio de la calle… Qué contraste. Única en esta “pradera” informática; chocándome, medio ciega, en la maraña de abajo… La señora de la limpieza, de un blanco angelical, desaparece como por arte de magia; de la misma manera que lo hace al entrar y casi mueres del susto. Me arrimo a la puerta de algún despacho olvidado, entreabierto, y miro hacia abajo. Miro la gente que corre. Que se tapa con el paraguas. Que abraza un periódico, o el abono del bus, o la careta de Carnaval, con el fin de escudarse. Que se zambulle en el metro, o es vomitada por éste. Pequeñas hormigas que yo, desde aquí arriba, desde mi 6ª planta, observo y manejo, como un dios que inventa historias. Como un genio aburrido que ya se frotó demasiado las manos esperando a que alguien le invocara. Como una dubitativa hoja en blanco sin rellenar. Sin más ni más. Esperando… Tic, tac, tic…

jueves, 3 de marzo de 2011

Pequeñas pildoritas de ensayo

"La más agradable de todas las diversiones es la de sentarse solo cerca de una lámpara, con un libro abierto ante los ojos, y trabar amistad con personas de un pasado distante que nunca se ha conocido."

Yoshida Kenko.
Tsurezuregusa
o Ensayos en ociosidad (1330 - 1332)

( "Di-cho chi-no... ¡chochino!" )