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lunes, 7 de enero de 2013

Años nones son los mejores... o no.

"Quien roba muchos millones, mure aclamado por todas las naciones." 

Complétese el refrán diciendo "quien hurta un ducado, muere honrado".
La herencia de sabiduría popular sigue opinando que "Rico y de repente no puede ser rectamente".
Es antigua la perplejidad que causa en el ánimo de quien observa el que un obrero no saque más allá de lo justo para malvivir, mientra que un zángano encumbrado por la política se permita el lujo de derrochar a manos llenas: es un misterio que anda sin resolverse.

- ¿Señor duque de Sevillano, es cierto que te has hecho rico dando paja a los caballos de mi ejército?
- Majestad, os han informado a medias, pues si bien es cierto que me hice rico con la paja, no fue por dársela a los caballos, sino por no dársela...

Refranes, 
P. Celdrán Gomariz (378)

Pintura en muro c/ San Francisco (Segovia).
Firma del autor abajo dcha.



Paciencia y barajar, Sansueña... O no : que no digan zape hasta que pase el último gato...

miércoles, 2 de mayo de 2012

Crónicas del país de Sansueña. Costumbres y graciosidades. ( II )

Sansueña estrena temporada. "La primavera ha venido y nadie sabe como ha sido".

Asoman cabecillas por las puertas y visillos de Sansueña. Los más atrevidos, andan faenando ya con ropajes estivales, preparando -¡qué duda cabe!- la próxima festividad. Brazos y perniles al aire. Al sol. El frío se  despega ya de los mudos muros sansueñeros, invitan a disfrutar de la calle. La vida de la que más gustan los oriundos. Correteos infantiles hacia la escuela. Felicidad al pensar que ya pronto será verano. "El último empujoncito, veeenga..." Alegres voces mañaneras en la puerta de los mercados. "Si es que ya se sabe, María, aquién madruga...." Festejos pubertos entre risotadas, se juegan al cara o cruz el primer beso - o el primer tortazo. Porque en Sansueña "si se besa, se besa de verdá...
Un suerte de retahíla acompaña, sinfónicamente, el despertar estival en la comarca. Geranios, verónicas, mandevillas, begonias y todo tipo de colorines rebosan por las ventanas. "Romero, romero, romero...que salga lo malo y entre lo bueno..." Se respira alegría en Sansueña. Esperanza renovada. Airecillo cálido en el camino... Y es que después de "la Petra" - según el visionario que se muestra, puntualmente y cada día, a las 15.30h y a las 21.45h - bien merecido se tenían ya los habitantes de esta bendita tierra unos cuantos rayos de sol. Porque ya se sabe, que 'Febrerillo loco, Marzo ventoso y Abril lluvioso sacan a Mayo florido y hermoso.' Aunque espérate tú a ver... se atreven a resoplar los más desconfiados. Nada sería peor que,  cayese en Sansueña el maleficio del "Marzo mayea, mayo marcea". Esta especie de recordatorio se posa en las bocas de los más experimentados sansueñeros, que, a fuerza de serlo tanto tiempo, cada vez lo son menos; viendo, como es natural, las cosas cada vez más claras...  En resumidas cuentas: "no te quieres enterar... que se puede pifiar más". Y es que estos conmovedores jubilados, celebran que ellos ya pueden ponerse al sol, cual salamandra. Y ¡ay! del que viene detrás... 
Decía que  nada sería peor que se les aguase la fiesta a los Sansueñeros una vez realizado el místico rito del cambio de horario, en el que los días se hacen, sospechosamente, más y más largos. Cuando uno va a Sansueña no puede, por nada del mundo, perderse este acontecimiento generalizado que alcanza hasta las manijas más pequeñas. Una semana antes, empiezan los rumores -préstese especial interés a esto del 'rumor', pues es el origen de todo; la génesis de cualquier trasunto sansueñero. El Big Bang de su cotidiano día a día. '¿Te has enterado? La semana que viene cambian la hora.' Pero, ¿quién cambia la hora? ¿Quién se encarga de dar para atrás - o para delante, pues cada seis meses se repite este acontecimiento, siguiendo antiquísimas tradiciones romanas, dicen -?
Sin más ni más, intentando no mear fuera del tiesto, como buenos fieles que sólo rinden cuentas al monoteísmo rumorológico, el susurro de lo que, días después, será noticia, se expande por toda la ciudadanía. Calle arriba, calle abajo. "¡Que cambian la hora el sábado!" La gente anda cada vez más deprisa. Incluso, se paran a pensar - algo que cuesta ver públicamente 'en abierto' dentro de las lindes de Sansueña. Se detienen no importa dónde. Da lo mismo la obra, que la cocina, que de camino a. Se detienen y, por un momento, la vista en blanco, piensan: "Entonces,¿a qué hora tengo yo que levantarme al día siguiente?" Una especie de "sálvese quien pueda" alerta a 'los enterados'; que no son, ni más ni menos, que esos extraños seres que se aparecen en las pantallas de las casas sansueñeras - véase, como referencia cercana, el adivino atmosférico, Sr. camarada Montesdeoca. Decía, debido a este regomello interno de las mentes más atormentadas, ' los enterados', que se manifiestas hasta tres veces al día (8h, 15h y 21h) empiezan a lanzar sus "que-no-cunda-el-pánico news" a modo de mensajes amistosos: "Y recuerden, esta noche a las 2 serán las 3". Como se adivina, este hecho conmiciona sensiblemente a la población.
[En este breve aparte diré que más abajo dejo testimonio, mediante unas "que-no-cunda-el-pánico news", de lo que son estas apariciones mediante las cuales Sansueña se informa de lo que pasa en el muno].
Durante ese día no se habla de otra cosa. De hecho, un estudio realizado por Pinchafónica, ha decretado convalidar de cada conversación telefónica aquellos 30 segundos en los que se detecten frases como "no te olvides de cambiar la hora", "no te vayas a dormir mañana, ponte el reloj en hora" o "vale, quedamos, ¿pero a la hora nueva o la vieja?". El momento cumbre llega en al cena. Se respira nerviosismo. Se da el último aviso. Incluso, se utilizan dibujitos de relojes cuyas manijas corren solas, adelantándose una hora. Este desvarío surrealista de viajar atrás o adelante en el tiempo, acaba con los sansueñeros arropados hasta las cejas. Porque no se llamen a engaño. Ni los rumores de 'ya estamos a vueltas con el coñ* de la hora"; ni los "que-no-cunda-el-pánico news"; ni siquiera la propia experiencia, dan consuelo y cobijo a las dudas del sansueñero. Y el pobre, acorazado bajo su manta, se para a pensar por última vez "Entonces,¿a qué hora me levanto yo mañana?"
Por suerte, a la mañana siguiente - después del viaje al futuro del que absolutamente nadie se ha percatado -, todo es asegurarse de que cualquier tic-tac que se precie funciona al mismo ritmo que la Puera'l Sol. 

Y así se suceden los primeros días estivales en Sansueña.
Tierra de ilusiones donde las haya; de gente con mirada hacia el futuro - ya quedó claro que, incluso, ¡viajan en él!-, Sansueña ensaya los primeros trinos y conatos poéticos. Empiezan a escucharse en las aceras despolvadas, los acordes de unas zapatillas mal atadas, que - más hacia arriba que hacia abajo- se dedican a echar, cual mariposillas atontolinadas, cartas de amor y peticiones de amistad a troche y moche. Es el tiempo del amor, de la juventud. De la operación 'explotación'. Del acelerado compás que vende praxis por lo que sea. El cuerpo, el tiempo, el futuro...  por unos duros. Es hora de que los jóvenes sepan lo que es la vida. Y para eso está Sansueña: para enseñar lo que vale un peine...


Sansueña estrena temporada.
"La primavera ha venido y nadie sabe como ha sido"... canta el poeta que ya está preparando las maletas para salir de vacaciones permanentes a la Côte d'Azur, como otrora...


***
Y ahora, retransmitiendo desde Sansueña, dejo unos fragmentos del 'arte de la Verdad' - valor muy cotizado a la alta en la moral sansueñera -; trabajo de otros compañeros que quieren dar muestra de cómo se vive allí y cuáles son las espectativas futuras de esta gran patria de Sansueña, ¡qué grande eres!



A los niños de los 80-90, primeros puteados del siglo XXI.
Porque siempre seremos algo a punto de llegar a ser...  

sábado, 14 de mayo de 2011

Si en marzo mayea...

...en mayo marcea. Siempre acaba cumpliéndose.

El mes de marzo, soleado, caluroso, dando tregua a la manguita corta y a las primeras gotitas de protector solar de las atrevidas guiris universitarias, no fue más que una broma sin importancia. Lo que sí tiene peso, me refiero al peso en el ánimo, son las tardes como ésta. Sales del trabajo alegre: San Isidro, la Pradera, el rastro de mañana... Mentira: acabas en Urgencias del Clínico pegándote con la enfermera por el horario de visitas; te calas de arriba a abajo porque esta mañana, como hacía un sol que anunciaba caerse a cachos, te pusiste tus pisamierdas de la calle Toledo y estás, literalmente, pisando torrijas... chof-chof-chof... Corres. Una vieja te roba el taxi. Te refugias en una marquesina y, cuando has visto pasar mil doscientos cincuenta y tres taxis libres, empiezas a pensar a cuánto asciende la calderilla de tu monedero porque llevas más de media hora esperando el 45. Y te decides: hoy tiras la casa por la ventana. Hoy coges un verde... Claro, si pasa alguno. Porque ahora que ya estás segura de despilfarrar y reírte de la crisis, no viene ninguno vacío. Tres cuartos de hora en mangas de camisa; el fular enrollado en la cabeza, que parece que te acabas de lavar el pelo; las zapatillas chorreando (y destiñéndote los pies, porque, queridos fabricantes de pisamierdas... ¿Por qué no echáis algo para que no se vaya el tinte del zapato? Que siempre me pone todo hecho un Cristo....) ... Y al fin, en la lejanía, con una música a lo Morricone (pero tarareando el Fari, por supuesto), aparece "er tasi". Lo coges... A casa, por favor... Sí, bonita, pero ¿dónde?... Ah, claro... Después de una charla sin compromiso, en la que puedes haber sido desde cirujana hasta periodista o tendera, el "ton-ton" te dice que corte el chorro, que ya has llegado al destino. Pastizal. Corres al portal. La llave, la p*** llave que parece que echa carreras por el bolso; la vecina; el niño con el triciclo... Sí, sí llueve, fíjese... La ropa tendida. Me cagüen... Total, que empapada, helada, medio constipada, poniendo perdidito todo el suelo con el agua de los zapatos, te lanzas a la ducha y... lo que es el poder del agua...
Te pegas un duchao y sales levitando enroscada en una especie de toga... El café calentito. Una onza de chocolate. El ordenador; música. El sofá, la tele (el eterno programa de Maria Teresa Campos...). Algo de trabajo para entretener esta bendita tarde de sábado, lluviosa, fresquita, juguetona y por sorpresa, resbalándose...
Me gusta tener la persiana bien arriba y ver, entre los negros barrotes de mi bajo, la luz gris de Madrid en estas tardes que juegan a ser noviembre otra vez. Que parecen ser benevolentes con nosotros; retroceder unos meses; darnos la posibilidad de volver a, de poder rehacer y redisfrutar; de pensar, al fin, que aún queda ese tiempo ya ido para las despedidas que vinieron; los adioses que se preparan; las lentas horas de espera.
Disfruto, sola, de la procesión de los capirotes dorados en paraguas señoriales de Chamberí. Del verde artificial de este híbrido de árboles que nunca sabré diferenciar. Pienso en el trabajo que queda por hacer; en que Zamora Vicente me espera en la mesa con sus estampas madrileñas, lo grotesco de sus elipsis, la ternura con que mira a esos seres que somos, necios, sandios, tontorrones. Y un olvido, melancólico, triste, prosiguiendo a la esperanza...

jueves, 3 de marzo de 2011

Pequeñas pildoritas de ensayo

"La más agradable de todas las diversiones es la de sentarse solo cerca de una lámpara, con un libro abierto ante los ojos, y trabar amistad con personas de un pasado distante que nunca se ha conocido."

Yoshida Kenko.
Tsurezuregusa
o Ensayos en ociosidad (1330 - 1332)

( "Di-cho chi-no... ¡chochino!" )

jueves, 3 de febrero de 2011

Taco de apuntes (PARTE 5ª)

3 de febrero, día de San Blas.

-¿No sabías tú eso? Por San Blas, las cigüeñas verás...
-¿Los suspensos también vienen desde París, abuelo? o_Ó

(without comments...)

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Refranero III

Aunque aquí me veas
tan triste, pálido y feo,
me ví como te ves...
Te verás como me veo.

Tapia del cementerio.
Fuentemilanos (Segovia).
Año 36

viernes, 27 de agosto de 2010

Refranero II

(Un padre y su hijo. Caminan, como de vuelta a casa. El padre, peinsa para sí.)
Padre- No me fío de la mitad de esta cuadrilla....

*****

Se veían unas huellas de adiós, humedecidas en la arena. Condescendientes, otras, de tamaño menor, iban siguiéndolas. Y una lazada de dedos salpicados de arena y sal paseaba hacia el primero de septiembre. Un recoger de maletas apresuradas, resumía el fin del verano. El nuevo año se abría ante el cabeza de familia "365 días de trabajo....de ahorro... de planes y sueños para 10 días del verano que viene...." Y el 4latas; la suegra con la tortilla; el perrito y el canario; y Madrid rezumando humos... Y rezumbando.


Una foto de él y su padre. Verano de 1971. Y al anverso...
"Abel estrenando zapatos nuevos; y papá, sin fiarse de que no los fuera a ensuciar".


*****


Se le hacía difícil pensar hoy, casi cuarenta años después, y con más de un 40 bajo la suela de su zapato, que en esa misma orilla, sus olvidados y diminutos zapatitos de marinerito fueron, en un entonces casi mágico, los que caminaban, obendientes, de la mano de su padre. Se acercaba a la orilla , como para despedirse del regusto del tabaco mezclado con la sal seca de los labios. Y allí, se reconocía en el aire molesto, liante de cabellos desprevenidos.... "Un año más.... Hasta que se vuelvan a llegar las vacaciones, un año aún..." La oficina, las facturas, el tiempo consumido y condensado, las insoportables juntas de vecinos.... la nada detrás del cerrojo de casa.


Y en el buzón, a la vuelta, entre toallas sucias de playa y recibos, una foto de cualquier costa mediterranea. Impares manos vetustas, de vuelta al hogar de tercera edad, que viajaban buscando su ya Nunca Jamás, aunque demasiado tarde. Verano del 2009, con pulso rilante de panderetero. Y al reverso de la foto: "Recibe, Abel, besos. Papá."



Él nunca se fió de la mitad de su cuadrilla....

jueves, 19 de agosto de 2010

Refranero

Le dijo el hombre al campo:
"Dame un desengaño".
Y el campo le contestó:
"Tú sólo te irás desengañando"...

Solía pensar a través de sus ojos, chillones antaño, en aquello, desconocido, intangible, inconexo, que apareció y torció todo lo que habían levantado sus manos cubiertas de fango...