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miércoles, 26 de febrero de 2014

¿Tú eres de verdad o no?

Anoche, cuando dormía,
soñé ¡bendita ilusión!

¡Cómo me gusta la sencilla alegría! La de la sencillez. La de aquellos que miran la vida sonriendo con sus pequeños logros. Un viaje, un encuentro, un objetivo más en el fardo. Y sonreír, histéricos, sonreír, sonreír, sonreír....
La sencilla alegría de la inexperiencia, del soñar. La primavera,  unas manos que se entrelazan, un proyecto y los nervios al morderse los labios. Aquel que tiene todo por descubrir, del que no entiende de quedar saciado y sigue y sigue y sigue...
La sencilla alegría de la modestia, de los sutiles ratos a solas, de la propia contradicción resuelta. La sensación del inicio, del principio, del empezar a. La sencilla alegría de una fotografía que hace pensar en la infancia, en la madre, en la sencilla alegría de una cometa que sube y sube y sube...

Aquellos días azules,
aquel sol de la infancia...

 
(No me canso de recomendar este documental. No se cansen de verlo. )