Páginas

domingo, 25 de marzo de 2012

Domingo

Domingo, flor de luz, casi increíble
día. Bajas sobre la tierra
como un ángel inútil y dorado.
Besas
a las muchachas
de turbia cabellera,
vistes de azul marino
a los hombres que te aman, y dejas
en las manos del niño
un aro de madera
o una simple esperanza. Repartes
golondrinas, globos de primavera,
te subes a las torres
y giras las veletas
oxidadas. Tu viento agita faldas
de colores, estremece banderas,
lleva lejos canciones
y sonrisas, llena
las estancias de polvo plateado.
Los árboles esperan
tu llegada
para cubrirse de gorriones. Sabe más fresca
el agua de las fuentes.
Las campanas dispersan
palomas imprevistas
que vuelan
de otro modo.
No hay nadie que no sepa
que es domingo,
domingo.
Tu presencia
de espuma lava,
eleva,
hace flotar las cosas y los seres
en un nítido cielo que no era
-el lunes- de verdad:
apenas desteñido papel, vidrio olvidado,
polvo tedioso sobre las aceras.


***
A menudo - ahora - se aprende
-o 'com'-
lo breve
de la palabra,
leyendo palabras
- Idea, quizás -
que no durará más de 24 horas.
Reflexión de reflexiones:
todo es día que se va.

martes, 13 de marzo de 2012

Prólogo - Epílogo (¿oráculo?) machadiano


En un pobre país viejo y semisalvaje,
mal de alma y de cuerpo y de facha y de traje,
lleno de un egoísmo antiartístico y pobre
-los más ricos apilan Himalayas de cobre,
y entre tanto cacique tremendo, ¡qué demonio!
no se ha visto un Mecenas, un Lúculo, un Petronio-,
ni vive el Arte ... O, mejor dicho, el Arte,
mendigo, emigra con la música a otra parte.

Prólogo - Epílogo
Manuel Machado.


(Fotografía El País 11.III.2012)