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miércoles, 2 de mayo de 2012

Crónicas del país de Sansueña. Costumbres y graciosidades. ( II )

Sansueña estrena temporada. "La primavera ha venido y nadie sabe como ha sido".

Asoman cabecillas por las puertas y visillos de Sansueña. Los más atrevidos, andan faenando ya con ropajes estivales, preparando -¡qué duda cabe!- la próxima festividad. Brazos y perniles al aire. Al sol. El frío se  despega ya de los mudos muros sansueñeros, invitan a disfrutar de la calle. La vida de la que más gustan los oriundos. Correteos infantiles hacia la escuela. Felicidad al pensar que ya pronto será verano. "El último empujoncito, veeenga..." Alegres voces mañaneras en la puerta de los mercados. "Si es que ya se sabe, María, aquién madruga...." Festejos pubertos entre risotadas, se juegan al cara o cruz el primer beso - o el primer tortazo. Porque en Sansueña "si se besa, se besa de verdá...
Un suerte de retahíla acompaña, sinfónicamente, el despertar estival en la comarca. Geranios, verónicas, mandevillas, begonias y todo tipo de colorines rebosan por las ventanas. "Romero, romero, romero...que salga lo malo y entre lo bueno..." Se respira alegría en Sansueña. Esperanza renovada. Airecillo cálido en el camino... Y es que después de "la Petra" - según el visionario que se muestra, puntualmente y cada día, a las 15.30h y a las 21.45h - bien merecido se tenían ya los habitantes de esta bendita tierra unos cuantos rayos de sol. Porque ya se sabe, que 'Febrerillo loco, Marzo ventoso y Abril lluvioso sacan a Mayo florido y hermoso.' Aunque espérate tú a ver... se atreven a resoplar los más desconfiados. Nada sería peor que,  cayese en Sansueña el maleficio del "Marzo mayea, mayo marcea". Esta especie de recordatorio se posa en las bocas de los más experimentados sansueñeros, que, a fuerza de serlo tanto tiempo, cada vez lo son menos; viendo, como es natural, las cosas cada vez más claras...  En resumidas cuentas: "no te quieres enterar... que se puede pifiar más". Y es que estos conmovedores jubilados, celebran que ellos ya pueden ponerse al sol, cual salamandra. Y ¡ay! del que viene detrás... 
Decía que  nada sería peor que se les aguase la fiesta a los Sansueñeros una vez realizado el místico rito del cambio de horario, en el que los días se hacen, sospechosamente, más y más largos. Cuando uno va a Sansueña no puede, por nada del mundo, perderse este acontecimiento generalizado que alcanza hasta las manijas más pequeñas. Una semana antes, empiezan los rumores -préstese especial interés a esto del 'rumor', pues es el origen de todo; la génesis de cualquier trasunto sansueñero. El Big Bang de su cotidiano día a día. '¿Te has enterado? La semana que viene cambian la hora.' Pero, ¿quién cambia la hora? ¿Quién se encarga de dar para atrás - o para delante, pues cada seis meses se repite este acontecimiento, siguiendo antiquísimas tradiciones romanas, dicen -?
Sin más ni más, intentando no mear fuera del tiesto, como buenos fieles que sólo rinden cuentas al monoteísmo rumorológico, el susurro de lo que, días después, será noticia, se expande por toda la ciudadanía. Calle arriba, calle abajo. "¡Que cambian la hora el sábado!" La gente anda cada vez más deprisa. Incluso, se paran a pensar - algo que cuesta ver públicamente 'en abierto' dentro de las lindes de Sansueña. Se detienen no importa dónde. Da lo mismo la obra, que la cocina, que de camino a. Se detienen y, por un momento, la vista en blanco, piensan: "Entonces,¿a qué hora tengo yo que levantarme al día siguiente?" Una especie de "sálvese quien pueda" alerta a 'los enterados'; que no son, ni más ni menos, que esos extraños seres que se aparecen en las pantallas de las casas sansueñeras - véase, como referencia cercana, el adivino atmosférico, Sr. camarada Montesdeoca. Decía, debido a este regomello interno de las mentes más atormentadas, ' los enterados', que se manifiestas hasta tres veces al día (8h, 15h y 21h) empiezan a lanzar sus "que-no-cunda-el-pánico news" a modo de mensajes amistosos: "Y recuerden, esta noche a las 2 serán las 3". Como se adivina, este hecho conmiciona sensiblemente a la población.
[En este breve aparte diré que más abajo dejo testimonio, mediante unas "que-no-cunda-el-pánico news", de lo que son estas apariciones mediante las cuales Sansueña se informa de lo que pasa en el muno].
Durante ese día no se habla de otra cosa. De hecho, un estudio realizado por Pinchafónica, ha decretado convalidar de cada conversación telefónica aquellos 30 segundos en los que se detecten frases como "no te olvides de cambiar la hora", "no te vayas a dormir mañana, ponte el reloj en hora" o "vale, quedamos, ¿pero a la hora nueva o la vieja?". El momento cumbre llega en al cena. Se respira nerviosismo. Se da el último aviso. Incluso, se utilizan dibujitos de relojes cuyas manijas corren solas, adelantándose una hora. Este desvarío surrealista de viajar atrás o adelante en el tiempo, acaba con los sansueñeros arropados hasta las cejas. Porque no se llamen a engaño. Ni los rumores de 'ya estamos a vueltas con el coñ* de la hora"; ni los "que-no-cunda-el-pánico news"; ni siquiera la propia experiencia, dan consuelo y cobijo a las dudas del sansueñero. Y el pobre, acorazado bajo su manta, se para a pensar por última vez "Entonces,¿a qué hora me levanto yo mañana?"
Por suerte, a la mañana siguiente - después del viaje al futuro del que absolutamente nadie se ha percatado -, todo es asegurarse de que cualquier tic-tac que se precie funciona al mismo ritmo que la Puera'l Sol. 

Y así se suceden los primeros días estivales en Sansueña.
Tierra de ilusiones donde las haya; de gente con mirada hacia el futuro - ya quedó claro que, incluso, ¡viajan en él!-, Sansueña ensaya los primeros trinos y conatos poéticos. Empiezan a escucharse en las aceras despolvadas, los acordes de unas zapatillas mal atadas, que - más hacia arriba que hacia abajo- se dedican a echar, cual mariposillas atontolinadas, cartas de amor y peticiones de amistad a troche y moche. Es el tiempo del amor, de la juventud. De la operación 'explotación'. Del acelerado compás que vende praxis por lo que sea. El cuerpo, el tiempo, el futuro...  por unos duros. Es hora de que los jóvenes sepan lo que es la vida. Y para eso está Sansueña: para enseñar lo que vale un peine...


Sansueña estrena temporada.
"La primavera ha venido y nadie sabe como ha sido"... canta el poeta que ya está preparando las maletas para salir de vacaciones permanentes a la Côte d'Azur, como otrora...


***
Y ahora, retransmitiendo desde Sansueña, dejo unos fragmentos del 'arte de la Verdad' - valor muy cotizado a la alta en la moral sansueñera -; trabajo de otros compañeros que quieren dar muestra de cómo se vive allí y cuáles son las espectativas futuras de esta gran patria de Sansueña, ¡qué grande eres!



A los niños de los 80-90, primeros puteados del siglo XXI.
Porque siempre seremos algo a punto de llegar a ser...  

2 comentarios:

  1. Por partes, Peter P.

    Me ha encantado la preocupación de los sansueñeros por la rumorología y el cambio de horario, genial.
    Pero me ha gustado infinitamente más esa forma de narración poética, al desgaire, como quien no quiere la cosa, trufada de refranes sobre el tiempo y el clima (le ha faltado lo de hasta el 40 de mayo no te quites el sayo). A ratos me parecía estar leyendo a don Miguel Delibes, el de Valladolís.
    Por lo demás, el vídeo sobre la simiocracia, sencillo, claro y meridiano. El de la generación perdida, da miedo. Por cierto, me da que ha puesto Vd. los enlaces tergiversados. Y hay un anterior enlace que, al menos a mí, no me ha funcionado.
    Le ha salido un post caótico de los suyos, que particularmente me encanta. Son de los que yo subtitulo posts londinenses, ¡vaya Vd. a saber por qué!

    Abrazos y besos a repartir.

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  2. Ya está solucionado. Si quiere usted repasarlos - especialmente, el primero queno pudo ver-, le invito a hacerlo. Gracias por avisarme de estos pequeños 'fallitos' de la entrada, hijos del 'atalazamiento'. Si es que ya se sabe, 'Madre, vístame despacio...' Es lo que tiene estar tanto tiempo en Sansueña, que algo de su carácter 'despreocupado' se acaba pegando. Va a ser cierto eso que dicen por aquí - y siguiendo sus queridos refranes- 'que todo se pega, menos la hermosura'.

    En fin, me alegra el que le haya gustado. Y gracias por la comparación con Delibes. ¡Qué cosas tiene usted!
    Un abrazo.

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