Tristes y alegres (1894)
"Nada"
Ya nada ansío. Nada mi cabeza
logra ya elvantar nuevo y hermoso.
Cuando quiero vivir pienso en la muerte,
cuando quiero ver cierro los ojos.
"No sé"
Esta vaga quietud... ¿un sol espera
que el denso velo de la niebla rasgue?
¿O una noche sin luna y tenebrosa?
¿Será tarde o aurora?...¡Quién lo sabe!
"Orgía"
suéltate el pelo negro por la espalda,
destrenza tu peinado. Mas, ¡espera!
No te quites las flores.
Quiero verlas caer sobre tu falda
sin que las toques. De esa manera
cayeron mis amores.
"Inmoral"
Yo, loco o delincuente
o, delincuente y loco,
busco lo bello donde quiera se asiente,
en el bien o el mal, me importa poco.
La austeridad severa me es odiosa...
Un año, a veces, doy pot un segundo...
Y por una mirada de una hermosa
doy todas las virtudes de este mundo.
...Los ojos negros, ascuas de placeres...
El reír, o el llorar de las mujeres...
El día ardiendo en oro,
radiante de alegría...
Y la noche también... ¡A ésa la adoro
mucho más todavía!...
¡Oh! ¡Váis a huir de mí por inconstante!
No seguiré jamás en un camino...
Es la tierra redonda, y por cualquiera
cumplir puedo quizá con el destino.
Tened, sabios, piedad de mi ignorancia
que yo vivio feliz con mis engaños...
En cuanto a la constancia,
...¡no pasará la vuestra de cien años!...
Alma (1901)
"ADELFOS"
A Miguel de Unamuno.
Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron-soy de la raza mora, vieja amiga del sol-,
que todo lo ganaron y todo lo perdieron.
Tengo el ama de nardo del árabe español.
Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer...
Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna...
De cuando en cuando un beso y un nombre de mujer.
En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos...
y la rosa simbólica de mi única pasión
es una flor que nace en tierras ignoradas
y que no tiene aroma, ni forma, ni color.
Besos, ¡pero no darlos! Gloria... ¡la que me deben!
¡Que todo como un aura se venga para mí!
Que las olas me traigan y las olas me lleven
y que jamás me obliguen el camino a elegir.
¡Ambición!, no la tengo. ¡Amor!, no lo he sentido.
No ardí nunca en un fuego de fe ni gratitud.
Un vago afán de arte tuve... Ya lo he perdido
Ni el vicio me seduce, ni adoro la virtud.
De mi alta aristocracia dudar jamás se pudo.
No se ganan, se heredan elegancia y blasón...
Pero el lema de casa, el mote del escudo,
es una nube vaga que eclipsa un vano sol.
Nada os pido. Ni os amo ni os odio. Con dejarme
lo que hago por vosotros hacer podéis por mí...
¡Que la vida se tome la pena de matarme,
ya que yo no me tomo la pena de vivir!...
Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer...
De cuando en cuando un beso, sin ilusión ninguna.
¡El beso generoso que no he de devolver!
"El jardín gris (El reino interior)"
Jardín sin jardinero,
viejo jardín,
viejo jardín sin alma,
jardína muerto. Tus árboles
no agita el viento. En el estanque el agua
yace podrida. ¡Ni una onda! El pájaro
no se pose en tus ramas.
La verdinegra sombra
de tus hierbas contrasta
con la triste blancura
de tus veredas áridas.
¡Jardína, jardín! ¿Qué tienes?...
¡Tu soledad es tanta
que no deja poesía a tu tristeza!
¡Llegando a ti se muere la mirada!
cementerio sin tumbas.....
Ni una voz, ni recuerdos ni esperanza.
Jardín sin jardinero,
viejo jardín,
viejo jardín sin alma.
Jardín sin jardinero,
viejo jardín,
viejo jardín sin alma,
jardína muerto. Tus árboles
no agita el viento. En el estanque el agua
yace podrida. ¡Ni una onda! El pájaro
no se pose en tus ramas.
La verdinegra sombra
de tus hierbas contrasta
con la triste blancura
de tus veredas áridas.
¡Jardína, jardín! ¿Qué tienes?...
¡Tu soledad es tanta
que no deja poesía a tu tristeza!
¡Llegando a ti se muere la mirada!
cementerio sin tumbas.....
Ni una voz, ni recuerdos ni esperanza.
Jardín sin jardinero,
viejo jardín,
viejo jardín sin alma.
"Otoño"
En el parque yo solo...
Han cerrado
y olvidado.
En el parque viejo, solo
me han dejado.
La hoja seca,
vagamente,
indolente,
roza el suelo...
Nada sé,
nada quiero,
nada espero.
Nada...
Solo
en el parque me han dejado
olvidado
...y encerrado.
"Melancolía"
Me siento a veces triste
como una tarde del Otoño viejo,
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno...
Mi pensamiento entonces
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que abatidos se inclinan... y me acuerdo
de historias tristes sin poesía... Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.
Me siento a veces triste
como una tarde del Otoño viejo,
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno...
Mi pensamiento entonces
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que abatidos se inclinan... y me acuerdo
de historias tristes sin poesía... Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.
"Encajes ("Secretos")"
Alma son de mis cantares,
tus hechizos...
Besos, besos
a millares. Y en tus rizos,
besos, besos a millares.
¡Siempre amores! ¡Nunca amor!
Los placeres
van de prisa:
una risa
y otra risa,
y mil nombres de mujeres,
y mil hojas de jazmín
desgranadas
y ligeras...
Y son copas no apuradas
y miradas
pasajeras,
que desfloran nada más.
Desnudeces,
hermosuras,
carne tibia y morbideces,
elegancia y locuras...
No me quieras, no me esperes...
¡No hay amor en los placeres!
¡No hay placer en el amor!
Alma son de mis cantares,
tus hechizos...
Besos, besos
a millares. Y en tus rizos,
besos, besos a millares.
¡Siempre amores! ¡Nunca amor!
Los placeres
van de prisa:
una risa
y otra risa,
y mil nombres de mujeres,
y mil hojas de jazmín
desgranadas
y ligeras...
Y son copas no apuradas
y miradas
pasajeras,
que desfloran nada más.
Desnudeces,
hermosuras,
carne tibia y morbideces,
elegancia y locuras...
No me quieras, no me esperes...
¡No hay amor en los placeres!
¡No hay placer en el amor!
El mal poema (1909)
"Retrato"
Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed.
Unos ojos de hastío y una boca de sed...
Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe...
Calaveradas, amoríos... Nada grave,
Un poco de locura, un algo de poesía,
una gota del vino de la melancolía...
¿Vicios? Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido;
ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido.
Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla,
media docena de cañas de manzanilla.
Las mujeres... -sin ser un tenorio, ¡eso no!-,
tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo.
Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente...
La agilidad, el tino, la gracia, la destreza,
más que la voluntad, la fuerza, la grandeza...
Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero,
a olor helénico y puro, lo "chic" y lo torero.
Un destello de sol y una risa oportuna
amo más que las languideces de la luna
Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-,
Con Montmartre y con la Macarena comulgo...
Y antes que un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.
Es tarde... Voy de prisa por la vida. Y mi risa
es alegre, aunque no niego que llevo prisa.
"NOCTURNO MADRILEÑO"
De un cantar canalla
tengo el alma llena,
de un cantar con notas monótonas, tristes,
de horror y vergüenzas.
De un cantar que habla
de vicio y de anemia,
de sangre y de engaño, de miedo y de infamia,
¡y siempre de penas!
De un cantar que dice
mentiras perversas...
De pálidas caras, de labios pintados
y enormes ojeras.
De un cantar gitano,
que dice las rejas
de los calabozos y las puñaladas,
y los ayes lúgubres de las malagueñas.
De un cantar veneno,
como flor de adelfa.
De un cantar de crimen,
de vino y miseria,
oscuro y malsano...,
cuyo son recuerda
esa horrible cosa que cruza, de noche,
las calles desiertas.
"YO, POETA DECADENTE"
Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente...,
y la noche de Madrid,
y los rincones impuros,
y los vicios más oscuros
de estos bisnietos del Cid:
de tanta canallería
harto estar un poco debo;
ya estoy malo, y ya no bebo
lo que han dicho que bebía.
Porque ya
una cosa es la poesía
y otra cosa lo que está
grabado en el alma mía...
Grabado, lugar común.
Alma, palabra gastada.
Mía... No sabemos nada.
Todo es conforme y según.
"CANCIÓN DEL PRESENTE"
Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente...,
y la noche de Madrid,
y los rincones impuros,
y los vicios más oscuros
de estos bisnietos del Cid:
de tanta canallería
harto estar un poco debo;
ya estoy malo, y ya no bebo
lo que han dicho que bebía.
Porque ya
una cosa es la poesía
y otra cosa lo que está
grabado en el alma mía...
Grabado, lugar común.
Alma, palabra gastada.
Mía... No sabemos nada.
Todo es conforme y según.
ÚLTIMA
Ya me ha dado la experiencia
esa clásica ignorancia
que no tiene la fragancia
del primero no saber.
¡Oh la ciencia de inocencia!
¡Oh la vida empedernida!...
Desde que empezó mi vida
no he hecho yo más que perder.
Ya mis ojos se han manchado
con la vista de lo feo.
No creía... Y ahora creo
en todo y en algo más.
He querido serlo todo
y ya ni sé si soy algo...
De lo que dicen que valgo
no me he creído jamás.
Escritor irremediable,
tengo la obsesión maldita
de la vil palabra escrita
en el odioso papel.
Y mi ingenio -¡el admirable!-
en mi martirio se ingenia...
Con él y mi neurastenia
llevo el alma a flor de piel.
Apenado, sin dolores.
Amoroso, sin mujeres.
Libertino, sin placeres,
y rendido, sin reñir.
Ando, amante sin amores,
con mi juventud podrida,
por la feria de la vida,
sin llorar y sin reír.
La gloria... ¡para mañana!
¿El dinero? Yo no quiero
placeres por mi dinero...
La voluntad... ¡Es verdad!
Con ella todo se gana;
borra montes, seca pontos...
Yo no he visto más que tontos
que tuvieran voluntad.
Y ahora, en mitad del camino,
también me cansa el acaso.
... Perdí el ritmo de mi paso
y me harté de caminar.
La voluntad y el destino
diera por una bicoca...
- Y yo...
Ya me ha dado la experiencia
esa clásica ignorancia
que no tiene la fragancia
del primero no saber.
¡Oh la ciencia de inocencia!
¡Oh la vida empedernida!...
Desde que empezó mi vida
no he hecho yo más que perder.
Ya mis ojos se han manchado
con la vista de lo feo.
No creía... Y ahora creo
en todo y en algo más.
He querido serlo todo
y ya ni sé si soy algo...
De lo que dicen que valgo
no me he creído jamás.
Escritor irremediable,
tengo la obsesión maldita
de la vil palabra escrita
en el odioso papel.
Y mi ingenio -¡el admirable!-
en mi martirio se ingenia...
Con él y mi neurastenia
llevo el alma a flor de piel.
Apenado, sin dolores.
Amoroso, sin mujeres.
Libertino, sin placeres,
y rendido, sin reñir.
Ando, amante sin amores,
con mi juventud podrida,
por la feria de la vida,
sin llorar y sin reír.
La gloria... ¡para mañana!
¿El dinero? Yo no quiero
placeres por mi dinero...
La voluntad... ¡Es verdad!
Con ella todo se gana;
borra montes, seca pontos...
Yo no he visto más que tontos
que tuvieran voluntad.
Y ahora, en mitad del camino,
también me cansa el acaso.
... Perdí el ritmo de mi paso
y me harté de caminar.
La voluntad y el destino
diera por una bicoca...
- Y yo...
- Tú, calla. ¡Tu boca
es sólo para besar!"CANCIÓN DEL PRESENTE"
No sé odiar, ni amar tampoco.
Y en mi vida inconsecuente,
amo, a veces, como un loco
u odio de un modo insolente.
Pero siempre dura poco
lo que quiero y lo que no...
¡Qué sé yo!
Ni me importa...
Alegre es la vida y corta,
pasajera.
Y es absurdo,
y es antipático y zurdo
complicarla
con un ansia de verdad
duradera
y expectante.
¿Luego?... ¡Ya!
La verdad será cualquiera.
Lo precioso es el instante
que se va.
Cante hondo (1912)
Tonto es el que mira atrás...
Mientras hay camino alante,
el caso es andar y andar.
Yo voy de penita en pena,
como el agua por el monte,
saltando de peña en peña.
El andar de mi morena
parece que va sembrado
lirios, palmas y azucenas.
Tu calle ya no es tu calle:
que es una calle cualquiera,
camino de cualquier parte.
¡Pobrecito del que espera!
¡Que entre el ayer y el mañana
se va muriendo de pena!
Unos ojos negros vi...
Desde entonces, en el mundo
todo es negro para mi.
Ars moriendi (1922)
"OCASO"
Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.
Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.
Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,
para mi amarga vida fatigada...
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar en nada...!
Phoenix. Nuevas canciones (1936)
"NESSUN MAGGIOR DOLORE..."
¡Qué tristes almas en pena
son las viejas alegrías!...
¡Y qué fantasmas de días
las noches de luna llena!...
¡Qué lamentable cadena
de pobres melancolías
las horas largas y frías
de la barquilla en la arena!....
¡Qué broma absurda y pesada
es la aventura de amor,
hoy sin amor evocada!...
¡Dolor!... ¿dónde lo hay mayor
que recordar la pasada
alegría en el dolor?
(Pista para la próxima entrada.... La vida es NIEBLA...)
Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.
Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.
Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,
para mi amarga vida fatigada...
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar en nada...!
Phoenix. Nuevas canciones (1936)
"NESSUN MAGGIOR DOLORE..."
¡Qué tristes almas en pena
son las viejas alegrías!...
¡Y qué fantasmas de días
las noches de luna llena!...
¡Qué lamentable cadena
de pobres melancolías
las horas largas y frías
de la barquilla en la arena!....
¡Qué broma absurda y pesada
es la aventura de amor,
hoy sin amor evocada!...
¡Dolor!... ¿dónde lo hay mayor
que recordar la pasada
alegría en el dolor?
(Pista para la próxima entrada.... La vida es NIEBLA...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario