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viernes, 5 de abril de 2013

À la recherche de l'ent perdu...

Llegó el momento de hablar de Derrida. Ya es hora de que haga aparición aquí el temido teórico, bandolero en fuga de cualquier dogma academicista y/o académico (que no es lo mismo) o regla preestablecida sobre la lengua, el lenguaje y los mundos que a través de la palabra crea el lector/autor/hablante. Porque, en resumidas cuentas, Derrida, Bloom, De Mann, etc. no son más que los "anti", herederos del Postestructuralismo que viene a tirar por tierra las apuestas de hacer científica a la Lengua. 
A esta especie de ansia de derribo ante todo aquello que el Estructuralismo intentó hacer norma y dogma puede añadírsele otra premisa básica "No es lo mismo... que parece que sí...pero no". La différance, en resumidas cuentas.
La différance o el Tiempo en la palabra. Un "Todo pasa y todo queda",solo que teniendo en cuenta ambos estados, porque Pasar y Quedar, igual que Ser, son condición y condicionante de lo que ya es. El acuse de los años, el peso de esa arena en el reloj que cae y recae en el mundo de la lengua y el lenguaje, insaciable vector arrojado ad infinitum aun sabiendo y aceptando su telicidad. Pero también el paso del Tiempo. También la huella que deja, el rastro de salivas en el políglota boca a boca de la lengua. De tal modo, la différance pasa a ser ese pequeño detalle, ese gesto de preocupación por el hoy o la esperanza ante el futuro o la intención que no terminó de salir de esas puntas de los dedos o de las lenguas y que quedó detenida, retenida en ese retrato nuestro. 
"mi dios y yo que ya soñábamos con este hoy" (1)
Différance como ese rasgo que hace que nos sorprendamos en el presente, pues quizá es éste lo único del todo fugitivo, al vernos huídos, mudados, en una foto de hace 15 años sosteniendo en la mano izquierda una tacita rota de la abuela, cuando ¡caray! qué extraño, si jamás fuimos zurdos... Différance como palabra-imagen, testigo de lo que aún no, pero. Différance en el lenguaje y éste como álbum de fotos, como memoria donde buscar(nos) y reconocer(nos) (en) la nada que sustantiva el no, lo que no (somos pero está por ser); esa primera mirada de veraneantes perdidos que acabará en una casa, un coche, dos hijos y quién sabe cuantos casamientos y velorios compartidos de a dos. Différance como la identidad desconocida o por conocer, lo no pulido de la palabra, su esencia, aquella que es sistematizada anacrónica, atópica e incluso utópicamente en los diccionarios: aquel estado cambiante, en continuo flujo, inalcanzable, que se adapta al entendimiento de quien lo emplea para encontrarse a sí misma y continuar formándose en la ardua tarea de transformarse en lenguaje viviente más allá. Creyéndose lista para debutar, vistiéndose para acabar desvestida y, en su desnudo encontrar la nueva piel que la revista. 

"desnuda mía para siempre!" (2)
Vitra Design Museum, Frank Gehry, (Weil am Rhein)
Différance o casualidad. O causalidad. O Què sais-je?, tempus fugit lexicografiado. Différance o el ente perdido en continua formación. Un  yo que se construye, que se edifica: geometría no euclídea, forma no rectilínea. Palabra o yo o edificio en obras perpetuas. Différance como Palabra-yo frente al espejo, reconociéndose en un otro por el camino. 

Aunque,
 "¿para qué llamar caminos/ a los surcos del azar?" (3)
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(1) "Floración primera", J.R.Jiménez
(2) "Vino primero pura...", J. R. Jiménez
(3) Probervios y Cantares, II. Antonio Machado.

2 comentarios:

  1. Particularmente, muchas de las fotos de mi pasado me descolocan, sobre todo aquellas que no hay pose y que soy pillado in fraganti inconsciente. Pero una foto o mil de atrás no son más que flashes, puntos de reflexión (a veces de contrición)...i-rre-cu-pe-ra-bles. Irrecuperables el tiempo vivido, clro no el significado que en forma de clave puede llegarnos ahora.

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    1. Fackel, yo creo que irrecuperable es todo. "Se canta lo que se pierde". Otra cosa es que la memoria (ya sea en formato souvenirs, fotográfico,...) contribuya a rescatar esos flashes o puntos de reflexión. El significado creo que también cambia, pues no es otra cosa que el sentido circunstancial que, por hache o por be, le damos a algo.

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