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jueves, 4 de octubre de 2012

Handke, Wenders y la importancia de las preposiciones.

En 1942 Peter Handke compone su Lied vom Kindsein, más conocido por su primer verso "Als das kind kind war". Este breve incipit se elevó al estrellato curenta y cinco años más tarde, cuando Wim Wenders recurre a él para abrir su Der Himmel über Berlin, nada extraño si sabemos que el guión lo escribió al alimón con el propio autor de poema.
"Esta debía de ser la estación de la que tanto hablaba la abuela.
No en la que paraba el tren, sino en la que se paraba la estación
."
Lo curioso de todo esto, dejando a un lado el improvisatorio cameo de Colombo en un continuo happening haciendo de sí mismo (muy a lo Fred Astaire en The Band Wagon, 1953) y diciendo 'Compañerou'; lo curioso, decía, es el juego de traducción que se hace desde en el título tanto de la obra poética como fílmica y que conforma la visión que de ellas tendrán -tendremos- los receptores según el país de estreno/ publicación. Y bien sabrán ustedes que en una película como ésta el tema de la visión, la mirada en blanco y negro - jugando con la luz, la contraluz, la obscuridad no sólamente lumínica; con todas las gamas posibles de gris - o a color es la clave. Todo depende de cómo y desde dónde sea mirado en un mundo donde la voz se convierte en ruido y, quizá por eso, el escaso diálogo, el cuidado de las palabras que lo conforman, será decisivo. Creemos, pues, será más que importante remarcar ciertos matices que jugarán con esta carta de presentación de las obras de Handke y Wenders. No son más que apreciaciones de filólogo aburrido en tarde de jueves, pero igual a alguien se le guiña un ojo o se le enciende un nervio la próxima vez que lo lea/vea.


Así, se tradujo al inglés como Song of Chilhood, al francés Le Chant De L'Enfance, al castellano como Canción de niñez.
Son simples matices, pero si nos remitimos al origen de lied este término puede sernos ambivalente - con mucahs comillas - a la hora de traducirlo, ya que en alemán acapara tanto la acepción de canción lírica breve para voz solista y acompañamiento - ergo, oralidad -, como la composición poética escrita, culta - ergo, no oralidad- también expresada bajo el término genérico de gedicht - poema. Este grado de oralidad de lied se mantiene en las traducciones al inglés y al español. Sin embargo, la elección francesa de chant - canto - en lugar de chanson - canción - le da al título del poema y, porqué no al poema entero, un rasgo de solemnidad propia de la escritura de este tipo de composiciones poéticas que siguen la línea del canto, la oda, el himno, etc. Algo que, a nuestro parecer, acompaña bastante a la materia que trata, al yo que lo escribe y se nos muestra anhelante de esa infancia - adivinamos, pensativo, melancólico, gris, como la mirada de Damiel y Cassiel. Para que luego digan que con las traducciones se pierde; que si "traduttore, traditore".

En consecuencia, si es cierto que Song of y Canción de remiten perfectamente a esa tradición de oralidad de las caciones populares e infantiles - sin que esto riña con lo artístico -, se quedan un poquito flojas respecto a este viso de suntuosidad que le aporta el francés (no nos engañemos: Alemania, años 40, Peter Handke... No suena muy divertido).
M
antiene, de este modo, esa mirada hacia la infancia desde un tiempo que ya se sabe pasado. La mirada que ya tiene perspectiva para reflexionar(se) y, precisamente por eso, ya ha perdido aquello que le permitió mirar atrás: la infancia, la inocencia, el tiempo y el espacio -siempre cambiante- que lo conformaron.
*Nota: veáse cómo varía el tono referencial entre los sustantivos canción y niñez si cambiamos el de por un a: Canción de > Canción a.
*Nota 2: Otra cosa digna de comentario sería porqué "niñez" y no "infancia". Si alguien se anima, ya sabe...


 De El cielo sobre Berlín al inglés Wings of desire y Les ailes du désir en francés. Estos tres ejemplos reflejan la bifurcación traductológica en la que se vió el largometraje de Wenders. Decir primeramente que ambas alternativas parecen bastante adecuadas; veremos porqué.  Siendo la más literal y tradicional, es natural que la traducción al español continue mostrando esa mirada -nuevamente, la importancia de la mirada, esta vez física - de los protagonistas. La preposición -que luego dicen que, vacías de significado, no sirven para nada- über ("por encima de", pero sin contacto con el objeto) se corresponde con ese sobre en español que hace que nos posicionemos junto al vuelo de los protagonistas; junto a la cámara de Wenders que sobrevuela un Berlín devastado o una biblioteca llena de ruidos; planeando sobre la memoria de la humanidad encerrada en esa preposición alada. Y, precisamente, este atributo -insisto en la importancia de las preposiciones aquí como portadoras de significado- es el que motiva la segunda traducción, aquella que más liberal, es empleada en inglés y  francés (entre otras lenguas como el portugués o el español de Argentina). Wings of desire o Les ailes du désir, traducciones literales entre sí, muestran esa importancia que antes nos transmitía el über/sobre, ya no porque los protagonistas sean ángeles -que también, natürlich- o que jueguen continuamente con el binomio cielo/infierno, luz/oscuridad, etc. Lo importante sigue siendo la mirada y ésta viene desde arriba; desde el gris de aquellas alas que miran; desde aquella conciencia que, guardiana del todo eterno de la humanidad que vigila, está cansada de ese no-tiempo en el que se prolonga y habita - aquel "to be continued..." con el que se cierra la obra.
"Aquello que el conocimiento no alcanza, el sentimiento lo desea", le dijo Gerardo Diego a Juan Larrea en una de sus cartas. Así, esa alas -wings, ailes- anhelantes de humanidad, de la explosión sensorial puesta en manos de Marion y Colombo ya aterrizado, nos posicionan de manera más compleja e inexacta, ubicación que en alemán y español se nos ofrecía, magnificamente, con una simple y perfecta preposición.



***
Cuando el niño era niño
andaba con brazos caídos,
quería que el arroyo fuera un río,
el río, torrentera,
y este charquito, el mar.
Cuando el niño era niño
no sabía que lo era,
todo tenía un alma,
todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño
de nada tenía opinión,
no tenía costumbres,
se sentaba con las piernas cruzadas,
echaba a correr,
tenía un remolino en el pelo
y no ponía caras en las fotos.
era el tiempo de estas preguntas:
¿Por qué yo soy yo y no soy tú?
¿Por qué estoy aquí y no allí?
¿Cuándo comenzó el tiempo,
dónde acaba el espacio?
¿La vida bajo el sol es sólo un sueño?
¿Esto que veo y oigo y huelo
es reflejo de un mundo sobre el mundo?
¿De verdad existe el Mal
y personas que son Los Malos?
¿Cómo es posible que yo, que soy yo,
antes de ser no fuera,
y que yo, que soy yo,
deje un día de ser el yo que soy?
Cuando el niño era niño
no tragaba las espinacas,
los guisantes, el arroz con leche
ni la col estofada,
y ahora lo come todo, y no sólo en apuros.
Cuando el niño era niño,
se despertó una vez en una cama extraña,
y así es cada día,
muchas personas le eran bellas
y ahora sólo cuando hay suerte,
veía claro un paraíso
y ahora, como mucho, lo presiente,
no podía imaginar la nada
y hoy tiembla ante ella.
Cuando el niño era niño
jugaba entusiasmado,
y ahora hace lo mismo, pero sólo
si el juego es su trabajo.
Cuando el niño era niño
le bastaba comer pan y manzanas,
y así sigue ocurriendo.
Cuando el niño era niño
las moras en su mano sólo eran moras,
y sigue siendo así,
las nueces verdes le raspaban la lengua,
y sigue siendo así,
en cada monte anhelaba
el monte aun más alto,
y en cada ciudad anhelaba
la ciudad aun mayor,
y así hace hoy también,
el entusiasmo le llevó a lo alto del cerezo,
como aún hace hoy,
la timidez con los extraños
que todavía tiene,
esperaba las primeras nieves,
y todavía espera.
Cuando el niño era niño
tiró una vara como lanza al árbol,
y allí sigue temblando.
Lied vom Kindsein, Peter Handke (1942).

2 comentarios:

  1. Chapeau, mon cher ami!

    Hinco mis hinojos ante su sabiduría. Y no es coñá, sino purita admiración.¿Por qué soy yo y no soy tú?

    Un beso enorme,

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    1. Porque si fueras yo ya no podrías decirlo del mismo modo. Los mundos-reflejos-del-mundo no serían los mismos y vaya usté a saber si nos hubiéramos conocido dadas la vuelta, de espaldas la una de la otra según como plantea la fatídica interrogación. "¿Por qué soy yo y no tú?" Quizá de aquí las caras cortazarianas de la medalla...

      Quedé completamente fascinada con la película. Necesitaba soltarlo de alguna manera y, para variar, salió en modo de devaneo. Me alegro mucho que se haya pasado por aquí, que le haya gustado hasta el punto final.

      ¡Gracias!

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