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martes, 18 de junio de 2013

Proyecto de tesis y 1º de Doctorado de Humanidades: lo que nunca nos contaron sobre el primer año.

"La suerte es el cuidado de los detalles."
W. Churchill

Como ya hicimos al final del curso anterior a cerca de la Defensa de tesina o Trabajo Final de Máster (TFM) , queremos ahora dejar aquí algunos consejos y recomendaciones sobre la memoria (o proyecto de tesis doctoral) que obligan a hacer a los doctorandos de primer año. Al menos, en Humanidades (aclararlo desde el principio,vaya a ser que algún científico loco le de por entrar en estos lares y ya se sabe que mezclar no siempre es bueno, menos según qué condiciones académicas se requieran del doctorando).Así pues, vayamos por partes, primeramente el desarrollo de este primer curso.

  1. Cosa número uno a tener en cuenta: el/la director(a). Creo que sobra decir nada más. Pero insisto: te casas con él/ella. Elígelo bien, tantea posibilidades, círculos de relación y alcance, amistades y enemistades,... Querido doctorando de humanidades: toca ser frío y calculador (o lo que la gente normal llama ser práctico, aunque ya sabemos que de eso nosotros...) . El/la director(a) será tu aliado. Nunca podreis estar a malas (más te vale que así sea). Ya que escogiste estudiar una carrera de Letras, seguiste en tu afán de estudiar un máster de Letras y aún así sigues queriendo dedicarte a ellas con un Doctorado  de Letras (a partir de ahora, DOCT)... Ya que el tutor -que no director -véase más abajo (*)- se asigna de manera global a toda una promoción (algo completamente descabellado) y ya sabemos que nunca llueve a gusto de todos... Por tu padre (¡por Tutatis!) escoge bien a tu director(a). En esta relación cultivada poco a poco, como una buena cosecha de maría, habrá momentos para el amor-odio, el odio-amor, el odio-odio, etc. Pero que nunca falte una buena base de confianza. No te digo ser colegas (de hecho, si lo confundes, puedes acabar la cosa como el Rosario de la Aurora), pero sí seguir la máxima de Churchill cuando Roosevelt se presentó en sus habitaciones en plena Conferencia de Yalta y el británico, recibiéndole como su madre le trajo al mundo dentro de la bañera, le espetó un "Come in, come in Mr. Roosevelt! There must always be confidence between allies ".

(*) Para aquellos que no sepan la diferencia entre director personal y tutor, deciros brevemente que al primero puedes elegirlo tú según tema de estudio, relación con tu materia u otros motivos más o menos personales, mientras que al tutor lo asignan por departamentos de la Universidad. Es decir, muy a lo Dumas: uno para todos... (great! ¬¬) Podrán coincidir estos dos roles en un mismo profesor o no y, en el caso de que haya cualquier problema entre director y doctorando, ("se supone") el tutor hará de intermediario entre ambos e intercederá en favor del estudiante si se da el caso de llegar el asunto a disposicón del Tribunal Académico de la Universidad. Retomando esa Conferencia de Yalta, el tutor será vuestro Stalin dentro del peligroso triángulo amoroso director-doctorando-tutor.
Triada Doctorado-Director-Tutor
tras la victoria-tesis cum laude
del Inalcanzable IV año.

Moraleja: elige bien, pórtate bien y aprende a jugar a las cartas si no lo hiciste en la cafetería de la facultad porque te va a hacer falta tener mucha mano izquierda.


Dicho esto, el primer curso de doctorado en humanidades, por lo general, pasa sin pena ni gloria.  

Has de saber que te enfrentas a la soledad.

Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuchas horas de estudio repartidas entre tu habitación, el salón de casa, la biblioteca (sí, puede que al final del DOCT conozcas todas las de tu ciudad, provincia, país,...); que casi no tendrás compañeros con los que refugiarte del hostil mundo de "La Academia" (a partir de ahora, L.A.), que de veinte sólo uno (¡UNO!) te entederá las cagaleras mentales, la ceguera amorosa hacia tu tema, la locura absoluta hacia ese autor que te hizo perder el norte y acabar casado con el Departamento de Humanidades. Por ello, me repito: elige bien a tu director(a).

2. Con un poco de (no, mentira, con mucha, muchísima, nunca-es-demasiada) suerte, si optas a un beca, podrás disfrutar de ella. No te desanimes. Recomiendo crearse una carpeta en el escritorio del pc con todos los papeles que te vayan pidiendo en  las sucesivas becas que solicites, porque has de saber dos cosas: 
  • Uno: Las becas nunca salen a la primera. Pero tú no te desanimes, becas hay a porrillo, seguro cae alguna (optimistas...) Modalidad FPI, FPU (MEC), entidades privadas: La Caixa, Santander, Fundación Oriol Urquijo, etc. etc. etc. Imagina que estás en un buffet libre de las becas: pide todas, de todo.
    "A ver, ¿qué más papeles míos necesitas?
    Que das más guerra que un hijo tonto..."
  • Segunda y más importante: los documentos a presentar (miles y millones de papeles) no siempre dependen de ti. Para algunas becas tendrás que pedir a tu director(a) su CV académico y carta de recomendación... y no quieras saber qué es pasar dos veces por el trago de buscar todos los artículos, reseñas, colaboraciones, participaciones y demás méritos de tu "jefe". Guárdalo todo, hazme caso. Recicla documentos como si no hubiera un mañana. Conviértete en el Diógenes del PDF y el word.2007. Te ahorrarás tiempo y disgustos, dos aliados VIP del doctorando.
3. Continuando en el "durante" de este curso, en algunas universidades obligan a cursas unas cuantas asignaturas hasta alcanzar el cupo de créditos que, por equiparación, convalidación (en realidad, nadie sabe bien porqué), serían los créditos del antiguo Diploma de Estudios Avanzados (o DEA). Pero ya digo que sólo en algunos casos.
Lo que sí suele ser obligatorio y, en principio, paliativo a esta marginación socio-académica del doctorando es la asistencia a un taller mensual. Para su realización, el o los tutores de vuestra promoción harán las veces de moderadores de este seminario. Siguiendo el calendario preestablecido desde la primera sesión, se otorgarán turnos de participación en los que todos iréis exponiendo vuestro trabajo realizado a lo largo del curso. Normalmente, suelen ser sesiones de unas dos horas de duración en las que es recomendable que el director de cada "conferenciante" esté presente ya que, al fin y al cabo, son defensas públicas de vuestro work in progress. La asistencia es obligatoria en un 80% aprox. la cual se complementará con la asistencia a "equis" seminarios externos propuestos por la Comisión de Docencia del Doctorado a principio de curso y de los cuales habréis de presentar una pequeña memoria-reseña. 
"Toma nota de todo lo que digan.
Hay que estar atentos, los ojos bien abiertos.
Y acota de una vez el tema.
Hay mucho listo en el departamento, te pisarán el proyecto."

Consejillos: tanto ser de los primeros en presentar como quedarse el último tiene pros y contras. Yo expuse en la tercera sesión y me sirvió bastante para acotar el corpus de estudio o la metodología porque no tenía casi nada hecho; un empujoncito y un rasero con el que medir fuerzas y dosificar ritmo de estudio hasta el final de curso, vaya. Sin embargo, los últimos compañeros que expusieron, llevaron una presentación más completa e iban sobre seguro, pero tenían menos tiempo para cambiar y corregir cosas de su proyecto, ya que la última sesión se realizó diez días antes de la entrega oficial... Esto, si se puede elegir el día de exposición, va mucho según gustos y preferencias. De cualquier manera, asistir a este tipo de seminarios está muy bien para coger ideas y aprender métodos nuevos de análisis, nuevas perspectivas, etc.

4. Como esto de que unos tengan beca y otros no, la incomunicación de director-doctorando a veces es mucha y la desmotivación y el descontrol del estudio y del estudiante van de la mano a veces parece el coño la Bernarda, se ha de poner un poco de orden y concierto (además de control al doctorando) mediante dos condiciones a cumplir. Una de ellas, el aplicativo del Campus Virtual personal del doctorando, en el que éste habrá de ir colgando todas las actividades académicas a las que acuda - talleres dectorales, conferencias, participaciones en cursos, seminarios, asignaturas como oyente, etc. para que su director se las supervise y apruebe; de tal manera que, al final del año resulte de ello una suerte de "CV académico" del doctorando. Vale, es un coñazo, pero te cubres las espaldas que no veas, además de servirte de memoria anual para aquellos afortunados que disfruten de beca y hayan de presentar un portfolio anual al MEC o a la entidad privada que lo contrate. Recuérdale a tu director que le eche un ojo de vez en cuando porque sin su aprobación no es válido a la hora de evaluarte, hacerte el seguimiento o la renovación de tu beca.

La segunda herramienta es el Proyecto de tesis (¡no confundir con el TFM o tesina!). Aunque viene a ser exactamente más o menos lo mismo que el trabajo de fin de máster, se supone que en un año algo habrás avanzado, ¿no? Para ello, os dejo un esquema-plantilla para ir rellenando con vuestro work in progress de primer año y algunos consejillos.
  •  TÍTULO DE LA TESIS
  • ABSTRACT (150 palabras en un sólo idioma y sin palabras clave, no se trata de un artículo, aunque nos mole el rollo).
  •  CUERPO DEL PROYECTO (parte más larga del proyecto, calculad unas 25 páginas):
    • ÍNDICE PROPUESTO PARA LA TESIS. ORGANIGRAMA. (¡Sólo es un esquema! Ahorra espacio y cumple con las tres "ces": claro, concreto y conciso. Presentando esto bien, tenéis muchos números de pasar sin problemas.)
    • OBJETO DE ANÁLISIS. TEMA.
    • ESTADO DE LA CUESTIÓN (de corte más o menos historicista y recopilatorio del qué hay sobre el tema, quién es el fucking master, cuál es la opinión más valorada sobre ello, etc.)
    • PUESTA AL DÍA BIBLIOGRÁFICA (frecuentemente, puede combinarse con el punto anterior)
    • OBJETIVO DE LA TESIS. ORIGINALIDAD Y APORTACIÓN DEL TEMA (perorata, adulación a uno mismo y su capacidad de discernimiento).
  • HIPÓTESIS PLANTEADAS (a modo de "conclusiones" del proyecto).
  • METODOLOGÍA. PLAN DE TRABAJO (material que utilizarás para el análisis de tu tema, corrientes críticas a las que te adscribas para desarrollar tu tesis).
  • BIBLIOGRAFÍA.
Y todo ello en la increíble cantidad de 40 páginas. Ni una más.  O tened por seguro que os lo harán saber en el tribunal de defensa....

5. Por último y no por ello menos importante, organización. De hecho, quizá debería haber empezado por aquí (¡oh, la circularidad del texto!). Organización será lo que os pidan a lo largo de todo este primer año, organización -o falta de ella- será lo que os echen en cara en el tribunal académico que os evalúe, organización será vuestra defensa inquebrantable ante los mil y un cambios que se sucedan vertiginosamente a lo largo de este primer curso, ante la palabra predilecta de vuestr@ director(a) "acotar": habrás de acotar, recortar y trastocar temas, capítulos, epígrafes, metodología, etc. Organización como piedra angular para TODO. Hasta para elegir tema (sí, amigos, los hay aventureros que entran en el doctorando buscando ese "algo" que les haga vibrar en noches de delirio y estudio - creedme, serán muchas).
"Te lo dije, acota..."
Vacuidad: Doctorando y Director tras la defensa del proyecto.

Si eres organizado y te molan los retos casi-nunca-recompensados. Si después de leer esta parrafada sigues pensando que "bueno, tampoco es para tanto, yo puedo con ello"... en fin, tú mismo. 
Yo lo reelería, lo repensaría y si sigue sabiéndote a poco, entonces sí: welcome to Research in Humanities!

Ahora sí, querid@s, feliz verano ( *.* ...no me lo creo...)

[Y para los que no, pensad en nuestro lema más valioso: siempre nos quedará septiembre...]

A Xisela, Marta, María y Laia,
ganadoras del premio "compañeras 2013".

A Amparo,
por no desistir. 

sábado, 8 de junio de 2013

Feria del libro_A.Muñoz Molina_Manuel Vilas

En un día de sábado tan tormentoso como el de hoy, en el que una respira tranquila después de una semana de inquitudes en cuanto a la agenda y a la organización se refiere, actualizo mi bitácora para responder a varios fines:
  1. Sigue la Feria del Libro en Madrid, a la cual, un año más, no podré asistir. Por ello, les voy mostrando, poco a poco, mi parada de libros o, mejor dicho, textos. Todos ellos, al igual que los referidos en la entrada anterior, galardonados con el premio Devaneo.
  2. El buen Antonio Muñoz Molina sigue coleccionando estatuillas. Y yo me alegro. Olvidado ya su más o menos dicutido o discutible modo de proceder respecto al asunto Premio Jerusalén, se le reconoce con un Príncipe de Asturias su prolífica vida como autor de novela, además de una unción titánica como articulista (véase, por ejemplo, este último texto publicado en El País hace dos días). Su particular visión sobre la literatura y otras disciplinas artísticas afines, como la pintura o la fotografía, hace que, en ciertas ocasiones, una tenga ganas de cogerle por banda y decirle: "A ver, Antonio, hablemos tú, yo y un café sobre este asunto, que igual me ayuda mucho con la tesis..." Pobre becaria con el seso seco por tanto leer...
  3. Como ya dije, tras cinco días de analizar poemas en prosa,  Suzanne Bernanrd, Utrera Torremocha, Baudelaire, Cirlot, estudio constante como si no hubiera un mañana, convocaciones (e invocaciones) a un tribunal académico, preparación de defensa, etc. etc. etc. a una le apetece pegarse el gustazo de combinar sábado por la mañana + café + tormenta + escribir en el blog una entrada más lúdica y desenfadada de lo que viene siendo habitual en este rinconcito de la blogosfera que, bastante frecuentemente, aburre con devaneos teóricos y retóricos a los fieles lectores.
Dicho lo cual, paso a unificar estos tres puntos a cumplir bajo un texto maravilloso de Manuel Vilas, que, además de ser muestra de lo que viene siendo el poema en prosa español en la actualidad española - ¿Podrían decirme qué encuentran en él? ¿Qué rasgos formales, estructurales, organizativos, semánticos le separan de lo que se considere un cuento, un ensayo, una estampa?- sirve de modesto regalo/homenaje a los fieles lectores-compañeros-de-peripecias-ficticias y al gran escritor ubetense, que con 14 años me descubrió la literatura "de mayores" con Plenilunio o Nada del otro mundo.

Sea como fuere, espero que lo disfruten tanto como yo, que se encuentren correspondidos en tan breves líneas y que celebren la Feria del libro, pero como es debido. Ya que, a pesar de que se nos oculte el fin último de este acontecimiento cultural bajo la ampulosidad de grandes casas y editoriales, y aun siendo necesario el mantenimiento de éstas, en la polisemia del término "feria" encontramos dos acepciones muy distintas: una cosa es la comercialización del libro (de ahí el status de feria como "mercado") y otra muy distinta la celebración y el goce de la lectura (segundo significado de feria como "festividad". Personalmente, me quedo con ella). Así pues, celébrenlo como es debido: leyendo. Yo, por mi parte, me voy a ello: hay todo un ejército de bardos esperándome en el sofá...


LITERATURA

Los pisos praguenses en que vivió Franz Kafka, y sus corbatas negras y sus sombreros y sus zapatos. El pelo enjuto de James Joyce, cuya mano quemó Dublín. Los amantes de Luis Cernuda, riéndose a sus espaldas. La esposa de Shakespeare, vieja y adúltera. Los ojos verdes y estrábicos de la enfermera jefe de la clínica en que murió Nietzsche. La mano de mujer que cogió los botines de piqué de Ramón María del Valle-Inclán y los arrojó por la ventana. La sífilis saltarina que Gustavo Adolfo Bécquer paseó por Madrid. La sífilis idéntica pero paseada por París de Charles Baudelaire. El padrenuestro que reza el fantasma de Rimbaud en una morgue de Marsella y Dios que se hace el sordo. El padrenuestro que reza Jorge Manrique antes de soltar la mano de su padre muerto. La risa de Quevedo mientras evacúa en una esquina de Madrid, en tanto rebota el mundo en su vesícula como una piedra verde. La madre con gota de Flaubert. La autopsia de Larra, su joven cerebelo. La carne de la máscara de Fernando Pessoa. La foto del padre de Dostoievsky en la billetera de Lenin. La cabeza muy grande de Rubén Darío, tan grande como su miedo. Las sopas de ajo que marea todas las noches el Manco de Lepanto con la mano buena mientras se mira con discreción la mano ausente. Los cien kilos secos que Oscar Wilde exhibe por los cafetines de París con orgullo marchito. La mano que aúlla de Pablo Neruda. El cadáver de Cela servido con guarnición de ministros. El gran desfile de la soledad de todos los tiempos, la soledad y sus palabras, la literatura.

Manuel Vilas.
De Resurrección
, Madrid, Visor, 2005. 

lunes, 3 de junio de 2013

Feria del libro_Exposició Facultat Lletres UB

Poco muy poco leían los españoles de mi tiempo. Una edición de dos mil
ejemplares tardaba en venderse ¡qué se yo el tiempo! Y el precio de los libros
mejores era irrisorio: dos, tres pesetas...ahora, estos jóvenes hacen tiradas de
cuatro mil y de cinco mil ejemplares y las agotan en menos de un año. Han
logrado el milagro de que el pueblo se apasione por las novelas
.

Benito Pérez Galdós


La Universidad de Barcelona ha presentado, en la facultat de Lletres, durante el mes de mayo la exposición de La Novela de Hoy. Colecció de novela corta publicada en Madrid entre los años 1922 y 1932 fue  fundada y mantenida por el mecenazgo del también escritor Artemio Precioso. De corte erótico galante, siguiendo los pasos de las revistas de principio de siglo, consta de 526 novelas cortas la colaboración de 95 autores, entre los que encontramos a las grandes letras de la época.

Estas colecciones de novela breve son el fenómeno socio-literario más interesante del siglo XX. Se trata de colecciones de relatos breves, de 40-50 páginas, a precios muy baratos, de venta en quioscos, lo que produce la salida de la novela a la calle, con la consecuente expansión lectora. Encuentra un público que nunca había tenido alcance a la literatura (véase el rol autodidacta del lector anarquista de principios de siglo), llegando a haber tiradas de 50.000 ejemplares semanales ya en el año1907 (cosa que nos parecerá moco de pavo si sabemos que, en los años 20, las tiradas no bajaban de los 150.000 ejemplares). Jacinto Octavio Picón, Jacinto Benavente, Gregorio Martínez Sierra, Eduardo Zamacois, Emilia Pardo Bazán, Felipe Trigo, los Hermanos Álvarez Quintero, Ramón Pérez de Ayala, Benito Pérez Galdós, Ramón Mª del Valle Inclán,  Francisco Villaespesa, Concha Espina, Carmen de Brugos, Pío Baroja, Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset o Sinesio Delgado son unos cuantos ejemplos de la larga lista de colaboradores que participaron en el proyecto.

El éxito entre el público suposo un verdadero beneficio económico para los escritores más veteranos, quienes malvivían con artículos o cuentos cortos publicados en revistas semanales o las rentas de sus obras más extensas - claros ejemplos son Galdós, Valle Inclén o Unamuno -, por lo que tales colaboraciones pasaron a significar todo un modus vivendi. Se sabe, gracias a aquellos que gustaron de recopilar anécdotas y curiosidades de la época -que nunca está demás tener a mano un Mesonero Romanos-, que Unamuno, con sus libros, nunca llegó a ganar más de 3.000 Pts al año, frente a las 60.000 Pts que podían llegar a ganar,  con sus narraciones breves, Felipe Trigo o Blasco Ibáñez, número uno en las listas de los best sellers del momento -estos valencianos siempre partiendo la pana.

Tras este bombazo editorial y económico, o debido a ello -volvemos al punto de si fue antes el huevo o a gallina-, se produce un gran auge de la novela breve que, por extensión, tendió a confundir límites con el relato. De esta manera, los género narrativos breves, tales como el cuento lírico, el poema en prosa o lo que hoy conocemos como microrrelatos, gracias a la Modernidad que los redescubrió, disfrutaron de una gran expansión y reconocimiento. Llega la era de lo breve y lo fugaz. Dª Emilia Pardo Bazán, en un artículo publicado en la revista Helios en 1904 dice del cuento que «es un síntoma de pereza, tanto del autor como del público». Tremendismo, sí, pero breve. Decía Cortázar:

La novela y el cuento se dejan comparar analógicamente con el cine y la fotografía, en la medida en que una película es en principio un "orden abierto", novelesco, mientras que una fotografía lograda presupone una ceñida delimitación previa, impuesta en parte por el reducido campo que abarca la cámara y por la forma en que el fotógrafo itiliza esa limitación.

 Estas colecciones de novela corta ya venían dándose desde mediados del siglo XIX, por lo que contamos con numerosos ejemplos: La novela de ahora, Colección, Galante, Biblioteca de las damas, etc. Sin embargo, la traca final llega con El cuento semanal. Aparecía por primera vez el 4 de enero de 1907, según la idea original del español nacido en Cuba y criado en Francia, Eduardo Zamacois. Aires nuevos que cristalizan, en 1896, en la primera revista erótica, La vida galante, de erotismo moderado, donde prima más la ilustración que el texto –con desnudos muy curiosos...

Grandes aportaciones de estas colecciones de novela corta y revistas fueron la importancia que tomó la imagen, la publicidad o las primeras convocatorias de concursos de relatos. Así, se apostaba por aquello de "una imagen vale más que mil palabras", cumpliendo esta máxima desde el diseño de la portada hasta la más mínima caricatura. Consecuentemente, se alza la figura del ilustrador, no reconocida hasta ese momento. Los más importantes fueron Andrade, Posada, Juan Francés, Apeles Mestres o Castelao. De la mano, va el auge de la publicidad, dato del que podemos analizar y conocer el tipo de público lector al que iban dirigidos tanto los anuncios como la revista en sí.
En octubre de 1907, se convoca el primer concurso de relatos que tenía como premio la cantidad de 500 Pts., cuyo jurado estaba compuesto por Valle Inclán, Felipe Trigo y Baroja, entre otros, resusltando ganador Gabriel Miró.

Tras el Cuento Semanal, pionera de todas las colecciones de novela breve, se suceden hasta mil quinientas compilaciones nuevas entre 1907-1936. A su desaparición, se funda Los Contemporáneos, entre 1909-1926,  siendo colección más extensa, guinda de este psicalíptico pastel que pondría fin a los felices años 20 de la literatura breve de nuestro país.

La novela es como un veneno lento y el cuento, como un navajazo.
Marina Mayoral
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Para más y mejor información, se puede consultar online la tesis de Mª Montserrat Gª Martínez:
http://eprints.ucm.es/15267/1/T33763.pdf

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