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martes, 18 de septiembre de 2012

Blackbird singing in the dead of night
Take these broken wings and learn to fly
All your life
You were only waiting for this moment to arise.


Blackbird fly Blackbird fly
Into the light of the dark black night.

Blackbird singing in the dead of night
Take these sunken eyes and learn to see
All your life
You were only waiting for this moment to be free.

Blackbird fly Blackbird fly
Into the light of the dark black night.

Blackbird fly Blackbird fly
Into the light of the dark black night.

Blackbird singing in the dead of night
Take these broken wings and learn to fly
All your life
You were only waiting for this moment to be free.
You were only waiting for this moment to be free.
You were only waiting for this moment to be free.


Y se quedó en su eterno azul mirando al mar...
Hasta siempre, viejo.

2 comentarios:

  1. PPan. Hay algo de himno, algo de invocación, algo de propuesta...La eterna lucha del individuo por su rescate frente al conjunto caótico de la sociedad y de la vida. Aunque pueda parecer una aspiración de juventud debería entenderse como una sugerencia para todas las edades que ocupen nuestro trayecto. Siempre hay que vindicar los momentos para ser libre. Nunca se nos está negado ese instante, ese ciclo, esa etapa, donde conquistar una parcela más de libertad. Todo depende de que lo tengamos claro. Y de la capacidad de decisión. Aunque lo más difícil sea coordinar esa aspiración con otros individuos. No cejar nunca. El día que renunciemos a nuestra libertad estaremos muertos.

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    1. Totalmente de acuerdo con vd. Las aspiraciones de juventud están muy bien como moda, como reivindicación puntual. Lo interesante es que esa juventud permanezca a lo largo del camino y las aspiraciones se encargarán de seguir estando, de seguirnos, de la evolución, tanto suya como nuestra. Alguien, precisamente a quien pretendía invocar en esta entrada, me dijo que la esclavitud -la verdadera, la moral- se basa en que el individuo no es consciente de esa carencia de libertad; una especie de síndrome de Estocolmo. Cuando el esclavo vislumbra los márgenes, ahí comienza su libertad o, al menos, su rebelión. En eso estamos...

      Gracias por pasear entre estos devaneos nocturnos. Hacen falta antorchas para atisbar el siguiente paso y últimamente estamos escasos de luz.
      PeterP.

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