Ilustración de Gustave Doré. Colección The Raven. |
"Toma tú, que entiendes. Y lee."
Ésta es lo que, ahora, comprendemos como supuesta Modernidad... Término que, por cierto, acuñó Charles de Baudelaire cuando se publica su obra póstuma en 1869, Le Spleen de París (Petits poèmes en prose). Si bien el subtítulo sorprende por aquello de "poemas en prosa", género neófito en aquel momento, ¿por qué además, eso de "pequeños"? Parece que Baudelaire, genio de ingenios, supiera la reacción de desconocimiento del lector asombrado y le da respuesta de esa manera tan modesta como lo hacen los grandes: un ejercicio de captatio benevolentiae de pies a cabeza.... ¿Y cómo? Encontramos un prólogo en forma de epístola a Monsieur Arsène Houssaye. En este prefacio, el modesto poeta francés, padre de la Modernidad literaria en Occidente, le comenta a su amigo
"Mon cher ami, je vous envoie ici un peu de travail dont personne ne peut dire qu'il n'a ni tête ni queue, parce que, au contraire, tout y est à la fois tête et queue, alternativement et réciproquement. S'il vous plaît considérer quels sont les avantages de cette combinaison offre bien pour nous tous, à vous, à moi, et pour le lecteur. Nous pouvons couper ce que nous voulons-moi, ma rêverie, vous, le manuscrit, et le lecteur, sa lecture, car je ne lient pas le lecteur impatient dans le fil sans fin d'un complot superflu. Retirez l'une des vertèbres, et les deux moitiés de ce fantasme tortueuses vont se retrouver sans douleur. Hachez-en fragments nombreux, et vous verrez que chacun peut vivre sur ses propres."
Vamos, que el amigo Charles está planteando - y así pasa a la historia - que, ¡oh, sorpresa! ha creado un género literario nuevo. Fragmentos poéticos ¡¡¡en prosa!!! Poesía a renglón seguido. Poesía que desafía, incluso, a la mismísima Poética de Aristóteles. Como dicen ellos mismos Sacre Dieu! la que acaba de liar este muchacho... Pero no es oro todo lo que reluce, y Baudelaire, además de todo esto, fue trilero: sí, menciona que vio una posible influencia en Aloysius Bertrand (de la quinta de Poe, por cierto) y su obra, Gaspard de la nuit (Aquarelles literaires) en algo cercano, que no idéntico, a lo que hoy conocemos "poemas en prosa". Por tanto, ni pionero ni inaugurador del género en Francia: intentona o conato de (yo no diría más). Claro que al escritor dijonais no se le pasó por la cabeza hacer lo que Baudelaire y ¡hala! que me he inventado la Modernidad.. No se le ocurrió tal sacrilegio de intentar ligar una contradicción tan aparente sólo porque a él se le hubiera ido la pinza una tarde y hubiese hecho lo que más tarde haría Santigao Rusiñol o Gutiérrez Solana: escribir breves piezas a raíz de una pintura o viceversa (abreviando muchísimo y de mala manera).
¿De dónde se saca entonces Baudelaire esto de los poemas en prosa? ¿De verdad lo inventa él? No, señores, no. ¿Les suena el nombre de Stéphane Mallarmé? Efectivamente, otro de los poetas del Parnasse du Fin du siècle française. Mallarmé, que, además de poeta, traductor y vividor, sabía que uno tiene que comer y dar de comer a la familia. Así que, casado en Londres, se decidió a dar clases de inglés en Instituto de Tournon. Por lo visto, en aquella época, el fracaso escolar en inglés era, ya, masivo; por lo que, allanando caminos, Mallamé decidió traducir al francés toda la producción literaria anglosajona que cayera en sus manos... ¿Y qué fue una de las cosas que tradujo? Le Corbeau, de Edgar Allan Poe. Sí, señores, sí. Fue él. ÉL, Mallarmé, quien introdujo en Europa el germen de lo que aún no estamos a medio definir: el poema en prosa. No se dejen engañar por la fecha. Si bien esta aportación traducida no fue editada hasta 1875, se sabe que Mallarmé trabajaba con ella ya en 1866, año en el que empieza a trabajar en la revista Parnasse Contemporain, publicando en ella diez poemas de influencia de la estética of Modern Style.
Mallarmé sabía que la Modernidad esta en los versos de Poe y se lo llevó a casa. Vio la imposibilidad que había en traducir todo aquello de modo versificado y prefirió hacerlo en glosas francesas, prosificando, a renglón seguido, la modernidad de Poe. De hecho, lo curioso de todo esto es que, estas traducciones en prosa y no en verso, han dado lugar a que actualmente, Poe sea más conocido como autor de narrativa +/-breve, que por su obra poética.Y todo debido a la imposibilidad de una primera traducción estilísticamente fiel....
Así que, Baudelaire, si fuera francesa, te retaría a un duelo de un guantazo en la cara, tramposín. Tú también tradujiste al francés Le Corbeau (casulamente, al estilo de Le spleen); tú también lo sabías... No te columpies nevermore...
The Raven (Vincent Price, 1976)