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viernes, 2 de septiembre de 2011

Septiembre llega con su ¡oh dios mío! (Kase-O)


 Escucha mi silencio con tu boca.
M. Altolaguirre

[...] ven que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa,
vertical,un recital que se improvisa.

No me había percatado de la importancia que la gente daba al comienzo de septiembre. Nunca había pasado más allá de un "¡Por fin!". Por fin se acababa la insoportable pesadez del calor: el verano castellano. Un sol tan seco; tan áspero como la tierra recién segada. Por fin terminaba la temporada de sustituciones, bajas y vacaciones de trabajos malpagados y ETT explotadora. Por fin era yo la que cogía el petate y el bus nocturno rumbo a Mojácar. Al sol agradecido y refrescante de sus playas ya desiertas; de sus bares manolo poblado por atrevidos colonos alemanes-gamba. Por fin noches en blanco (también la de Madrid, las últimas fiestas del PC) sin ser sinónimo de "empalmada"; sin ser ojeras en el fichaje a medio cambiar el uniforme; cerveza, jas y tranquilidad con rumor de olas mediterráneas. Por fin se acaba esa brecha que los dos meses estivales, inagotables, abrían en mi apacible vida de biblioteca y archivo. Por fin dormir 8 horas seguidas; por fin el reencuentro de las risotadas sobre un poyete; detrás del humo de la vieja bohemia de un cigarro en el Barbieri, en el Costa Romana (hoy Sta. Bárbara); en Mineru; la Lupe, The Bat.... Pitis, pingüis, litros, chiflos, tekis de vuelta a keli. Calle Princesa abajo a última hora, y lloviendo...  Alterne y canto de órdago a pares y juego.

Septiembre siempre se despertaba con soniquete y banderita de fiestas del pueblo; animados abrazos multitudinarios - multitudes de 200 personas, entiéndase la pequeñez de ciertos reductos humanos en la Castilla profunda - irreconocibles en su resaca, avergonzados el resto del año.
Septiembre era la eterna promesa a finales de junio.... Siempre nos quedará septiembre, querida... Sí: carpetazo a los apuntes... Septiembre significaba un mes que empezaba quince días antes y agosto... agosto quedaba lejos. La marcha hacia el patíbulo de Berlioz. El enfiladero hacia esa idea tan temida como inesperada "...los exámenes de septiembre..." (Siempre me imaginé al de Siglo XV como un fagot detrás de mi, amenazante... ¡Sus-pen-so... Muajajaja!)
Septiembre era la madrugada en el coche de papá - como Miliki - en busca de un hotel de tres al cuarto, ubicado en alguna recóndita localidad costera, que hiciera las delicias de sus porqués durante las frías mañanas de invierno, ladrillo tras ladrillo, y argamasa... La recompensa de una romántica que escribe en la arena su nombre y cambia sus quehaceres por el sombrero, el pareo y unas chanclas de plástico - rosas, claro- , jugando a soñar con un mar cercano el resto del año... ¡Ay!

Septiembre era olor a fanático de papelería; de agenditas nuevas y gomas de borrar. Reacoctumbrarse a los horarios; a los semanales de la tele y teatro: domingos de insomnio y pitonisos en la autonómica (Francisco L... ¡coño, si es mi primo Frasquillo!); lunes de teleserie; jueves en el Valle-Inclán; viernes de pianitos, copeo y, si se dejaba caer.... fiebres hasta bien pasado el sábado noche (ésta era fácil).
Pensar en calentar otra vez el café, la leche, los calcetines -sí, algunos seguimos tentados a colocarlos sobre la estufa del baño mientras se te quita el frío del gélido pasillo siberinao entre la cama y el váter. Moquitos, sopitas y mimitos bajo la manta...
***
Esta tarde, en busca de un regalo, me sorprendí olfateando la calle Fuencarral. A lo tipo perro, sí. Olía a humedad - por la lluvia, picarones. A días más breves - una amiga me recitó por teléfono que "desde ayer / anochece antes"-; a más luz de farola y paraguas abierto. Al veranillo de san Miguel anunciando la tardor... A manguita corta jodida de frío y sandalia empapada por sorpresa. 
Correteos hacia marquesinas desérticas hace, apenas, una semana. Carreras antivecinas que se cuelan en la cola del super. Ajetreo en los portales; en los buzones. Madrid se despierta de su correspondiente letargo de sombrilla y aftersun. Madrid resucita con los primeros colegios en los que chillan las rueditas de nuevas mochilas-carrito; las mamás bronceadas y pintureras. Pitidos, atascos, atrasos y José Abascal derrapando la hora del madrugón. Madrid se despierta mientras yo lo miro de refilón haciendo maletas. Empaquetando cuadernos y notas. Libros que, como amantes en Madison, me dicen, traicioneros, por la espalda "¡Llévame contigo!". Otra vez septiembre es un cambio de armario. Otra vez septiembre se pone juguetón conmigo y desparramando, me espera en la puerta; me quita el bocata de las manos, justo cuando estaba preparada para hincarle el diente, y como un botones Sacarino, levanta el chiringuito y sale corriendo... ¡Vamos, Carpanta! Adelante, siempre adelante... Y que se mueran los feos. O, como dicen en mi futuro villorrio, Anem, nen, que és tard i vol ploure...

Al parecer, uno debe ser persona de sumar. De añadidos e inserciones. Nunca restar, dividir, calcular menos que. Pero me temo que, a veces, una no-despedida duela más...

***

"Me siento más madrileño que el alcalde de Madrid, porque los que han nacido en Madrid no han podido soñarla. Lo bueno es llegar con la boina y la maleta de cartón, y a los cinco minutos ser de Madrid."
Joaquín Sabina


Todo lo que hago es para hacerte reir,
si te veo llorar otra vez me voy a tener que ir
o me va a estallar el pecho aquí mismo
y voy a mancharlo todo de dolor que es un color feísimo... 

Kase-O

5 comentarios:

  1. Querido Peter P. Le ha quedado a Vd. un post nostálgico y muy, muy hermoso. Una entrada de indisimuladas despedidas, de apegos y abandonos (aunque sean pequeños, nimios y librescos... y más). En este septiembre que nos ha amanecido lluvioso y tontorrón quiero desearle desde aquí, toda la buena suerte, todas las ganas, todos los proyectos que anhela y quiere y el mejor reencuentro, amable, luminoso, sin gotas ni agua.
    Que sepa que le voy a echar mucho de menos y que las caipirinhas del Populart ya no tendrán razón de ser. Menos mal que las Aves vuelan rápido.

    Un abrazo muy, muy fuerte y toda la luz de ese sol de septiembre que dora los membrillos y las uvas, que hace madurar en sus estuches almendras, nueces y castañas, que calienta suavemente sin quemar.

    Por favor, no deje de tener devaneos y plasmarlos aquí. Y efectivamente, el dolor es un color feísimo.

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  2. Efectivamente, marquesa. "Aves de paso/ como pañuelos curafracasos..."

    La veo en breve y deje usted de desvariar, que, además de que eso es tarea mía, no le pega a usted nada. Tómese muchas caipirinhas y no me diga cosas tan "romanticosas" que se me pone celosona hasta la sombra...

    Gracias por el cariño.
    Atte, PeterP.

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  3. Yo, desde luego, siempre he odiado el septiembre.
    Siempre.

    Desde pequeña, cuando empezaban a anunciarlo por la tele mediante la "vuelta al cole", me revolvía los higadillos. A parte de que te joroban el final del agosto. Y empieza a hacer ese virujillo molesto, que no es suficiente como para abrigarse, pero lo justo para estar pasando frío.

    Me ha gustado mucho el post.
    Esperemos que llegue una nueva y próspera etapa.
    :)

    PD: me uno a Freia en todo lo que ha dicho.

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  4. Hola Judith!
    Em quedo sorpresa de la quantitat de coses que pots explicar en unes quantes línies.
    Aquest setembre teu que tan estimes és un veritable carrusel de la vida.
    Per a mi setembre també ha estat sempre molt significatiu, sobre tot pel començament de curs, també pels exàmens de les assignatures que he deixat per aquesta convocatòria quan vaig estudiar mentre treballava de mestra, donçs a l'estiu era quan més podia estudiar.
    També la tardor és la meva estació preferida, encara que bastant melancòlica.
    T'envio una abraçada i felicitats per la redacció del teu text.

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  5. Laia, no creo que septiembre sea un mes tan malo. La gente igual sí,jejeje Ya sabes que también tengo recuerdos un poco nefastos de "la vuelta al cole",pero no sé, septiembre... "tiene un color especial" jejeje Gracias por los ánimos y los deseos. Petonets!
    Clariana, m'alegra molt que t'agradi tant el meu text, encara que no sigui més que moltes coseets que s'em passan pel cap i el cor,parlant molt romanticament. La tardor també m'agrada força,potser massa influència de la vella bohemia romantica...potser perque ni fa massa. fred ni calor... jajaja 1 abraçada forta! I gràcies pel teu comentari i els ànims.

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