PIGMALIÓN.- Mis muñecos son, en su mayoría, grotescos. tipos populares españoles. Alguno de ellos, de cuidado, se me creció entre las manos cuando lo hacía, pero [...] llevo una gran tristeza conmigo mismo. Estoy locamente enamorado de una muñeca [...], Dios me castiga por haber querido meterme en su oficio. [...] fui más lejos en mi propósito, y me tentó el deseo de sobrepujar a la mecánica y producir muñecos-criaturas, de un barro sensible y complicado como el humano.[...] y pienso llegar a más: crear algo mejor que el hombre. [...] Mis muñecos tienen por dentro arterias, nervios, vísceras y hasta un jugo que hace las veces de sangre. Ante el cadñaver, penetrándolo con los ojos ávidos, años y años, bosquejé mi plan. (Los empresarios comienzan a dormitar, cabeceando ligeramente) ¡Se han dormido!
DUQUE.- Ya lo ve usted, en cuanto se humaniza y les dice algo de verdadero interés, se duermen.
PIGMALIÓN.- ¿Qué quiere usted que les preocupe? De su taquilla viven. Son como mis actuales muñecos. Dan de sí aquello que tienen. Cada hombre no puede dar más que como lo forjaron.
DUQUE.- Convendrá usted que éstos son muy brutos.
PIGMALIÓN.- (Dejándose conducir) Están dentro de su papel. [...] Cada oficio tiene su fatalidad.
ACTO SEGUNDO
En las telas sombrías resaltan las cajas[de los muñecos], como ataúdes claros [...] (con todo el dolor que puede expresar un paje y un muñeco).
Escena Primera.
DON LINDO.- ¡Maldito Pigmalión [...] por hacerme a mi tan vulnerable! ¡Oh, rabia de ser así! ¡Ser un maniquí para poder lucir [...] y repetir toda la vida palabras de otro en las farsas, y depender siempre de un amo aborrecible! ¡Oh, rabia, rabia...! ¡Venganza, venganza!
Escena Tercera.
POMPONINA.- (Tras la ventana) ¡Libre, libre, ya soy libre! Adiós, adiós, adiós a todos!
Escena Cuarta.
CAPITÁN.- ¡Huyamos! [...] Tras esa ventana está el fin de nuestra esclavitud.
BERNARDO.- La luz compromete. Prefiero las sombras.
CAPITÁN.- ¡Os exponéis por toda nuestra raza de muñecos! Ya se lo habéis oído mil veces a Pigmalión: somos los comienzos de un futuro mejor!
CORINA.- ¡Llegó al fin la libertad!
PERIQUITO.- (Saltando ágilmente la ventana, observando la calle y dirigiéndose luego a las tres muñecas).- Soledad absoluta.
ACTO TERCERO.
Escena Sexta.
URDEMALAS.- [...] El mundo es de los débiles astutos. [...] El mal... Hagamos el mal, purificador mal, justo mal. ¿Qué ha hecho Pigmalión con nosotros? Hacernos muy mal, de puro querernos hacer bien. La prueba que prepara otros muñecos mejores que, cuando estén acabados, nos sustituirán y nos destruirán. Al mal, pues, mal mayor. Destruyamos a Pigmalión aquí mismo, antes que un día nos destruyan a nosotros.
Escena Novena.
PIGMALIÓN.- ¡Hola Mefisto! Esta escapatoria debe ser cosa tuya, ¿verdad?
URDEMALAS.- ¿De quién si no? Ya ves, para ser muñeco no me he portado mal. Debes estar satisfecho de tu obra.
PIGMALIÓN.- No lo creas. Todo artista de veras está siempre por encima de su obra y piensa superarla. La admira y la desprecia. Estoy haciendo algo mecánico, más asombroso que tú y mejor que el hombre. [...] Pues creí que te habría dado más listeza. Rebelaros contra mí es tan inútil como escaparos. Yo soy el hombre, el fuerte, el amo, el creador. Vosotros sois mis juguetes, mis peleles, mis bufones,... ¡nada! ¡Tan míos como esta fusta con que os azoto! Yo haré muy en breve algo mejor que el hombre, pero vosotros no sois todavía más que polichinelas de mi teatro, capricho ingenioso de mi fantasía y habilidad de mecánico, esclavos míos, al fin. ¡Sois un prodigio y no sois nada!
URDEMALAS.- Como tú. Tanto orgullo y eres un efímero, y acabarás también en nada, como todos los hombres.
...
El señor de Pigmalión (1921)
...Mujer o muñeca, ilusión o realidad...
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"Sólo el que ensaya lo absurdo es capaz de conquistar lo imposible."M. Unamuno
Teatro del XX o por placer? Tía, yo estoy con tragedias de Sófocles, q no veas q dramones planta en escena.
ResponderEliminarBesitos.
Pues mitad y mitad... Teatro del XX y un poco por placer, porque el señorito don Amorós deja escoger la obra. La verdad que ésta también es un dramón... Pero bueno. A ver si te lo cuento con un poco de bohemia en Ámsterdam: ayer dijeron que el año que viene hará falta ser holandés para entrar en los coffee... Esto sí es una tragedia humana, tía...
ResponderEliminar¡Besitos!
Me ha encantado la última frase de Urdemalas. Ha sido genial.
ResponderEliminar:)