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jueves, 29 de julio de 2010

MODERNISMO POÉTICO ESPAÑOL ( I )

MANUEL MACHADO (1874-1947) "Castizo andaluz; bohemio español [...] una vaga melancolía y el mundo de la sugerencia, el simbolismo."

Tristes y alegres (1894)

"Nada"
Ya nada ansío. Nada mi cabeza
logra ya elvantar nuevo y hermoso.
Cuando quiero vivir pienso en la muerte,
cuando quiero ver cierro los ojos.

"No sé"
Esta vaga quietud... ¿un sol espera
que el denso velo de la niebla rasgue?
¿O una noche sin luna y tenebrosa?
¿Será tarde o aurora?...¡Quién lo sabe!

"Orgía"
suéltate el pelo negro por la espalda,
destrenza tu peinado. Mas, ¡espera!
No te quites las flores.
Quiero verlas caer sobre tu falda
sin que las toques. De esa manera
cayeron mis amores.

"Inmoral"
Yo, loco o delincuente
o, delincuente y loco,
busco lo bello donde quiera se asiente,
en el bien o el mal, me importa poco.
La austeridad severa me es odiosa...
Un año, a veces, doy pot un segundo...
Y por una mirada de una hermosa
doy todas las virtudes de este mundo.
...Los ojos negros, ascuas de placeres...
El reír, o el llorar de las mujeres...
El día ardiendo en oro,
radiante de alegría...
Y la noche también... ¡A ésa la adoro
mucho más todavía!...
¡Oh! ¡Váis a huir de mí por inconstante!
No seguiré jamás en un camino...
Es la tierra redonda, y por cualquiera
cumplir puedo quizá con el destino.
Tened, sabios, piedad de mi ignorancia
que yo vivio feliz con mis engaños...
En cuanto a la constancia,
...¡no pasará la vuestra de cien años!...

Alma (1901)

"ADELFOS"

A Miguel de Unamuno.

Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron
-soy de la raza mora, vieja amiga del sol-,
que todo lo ganaron y todo lo perdieron.
Tengo el ama de nardo del árabe español.

Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer...
Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna...
De cuando en cuando un beso y un nombre de mujer.

En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos...
y la rosa simbólica de mi única pasión
es una flor que nace en tierras ignoradas
y que no tiene aroma, ni forma, ni color.

Besos, ¡pero no darlos! Gloria... ¡la que me deben!
¡Que todo como un aura se venga para mí!
Que las olas me traigan y las olas me lleven
y que jamás me obliguen el camino a elegir.

¡Ambición!, no la tengo. ¡Amor!, no lo he sentido.
No ardí nunca en un fuego de fe ni gratitud.
Un vago afán de arte tuve... Ya lo he perdido
Ni el vicio me seduce, ni adoro la virtud.

De mi alta aristocracia dudar jamás se pudo.
No se ganan, se heredan elegancia y blasón...
Pero el lema de casa, el mote del escudo,
es una nube vaga que eclipsa un vano sol.

Nada os pido. Ni os amo ni os odio. Con dejarme
lo que hago por vosotros hacer podéis por mí...
¡Que la vida se tome la pena de matarme,
ya que yo no me tomo la pena de vivir!...

Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer...
De cuando en cuando un beso, sin ilusión ninguna.
¡El beso generoso que no he de devolver!

"El jardín gris (El reino interior)"
Jardín sin jardinero,
viejo jardín,
viejo jardín sin alma,
jardína muerto. Tus árboles
no agita el viento. En el estanque el agua
yace podrida. ¡Ni una onda! El pájaro
no se pose en tus ramas.
La verdinegra sombra
de tus hierbas contrasta
con la triste blancura
de tus veredas áridas.

¡Jardína, jardín! ¿Qué tienes?...
¡Tu soledad es tanta
que no deja poesía a tu tristeza!
¡Llegando a ti se muere la mirada!
cementerio sin tumbas.....
Ni una voz, ni recuerdos ni esperanza.
Jardín sin jardinero,
viejo jardín,
viejo jardín sin alma.


"Otoño"

En el parque yo solo...
Han cerrado
y olvidado.
En el parque viejo, solo
me han dejado.

La hoja seca,
vagamente,
indolente,
roza el suelo...
Nada sé,
nada quiero,
nada espero.
Nada...

Solo
en el parque me han dejado
olvidado
...y encerrado.

"Melancolía"
Me siento a veces triste
como una tarde del Otoño viejo,
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno...
Mi pensamiento entonces
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que abatidos se inclinan... y me acuerdo
de historias tristes sin poesía... Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.

"Encajes ("Secretos")"
Alma son de mis cantares,
tus hechizos...
Besos, besos
a millares. Y en tus rizos,
besos, besos a millares.
¡Siempre amores! ¡Nunca amor!

Los placeres
van de prisa:
una risa
y otra risa,
y mil nombres de mujeres,
y mil hojas de jazmín
desgranadas
y ligeras...

Y son copas no apuradas
y miradas
pasajeras,
que desfloran nada más.

Desnudeces,
hermosuras,
carne tibia y morbideces,
elegancia y locuras...

No me quieras, no me esperes...
¡No hay amor en los placeres!
¡No hay placer en el amor!



El mal poema (1909)

"Retrato"
Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed.
Unos ojos de hastío y una boca de sed...
Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe...
Calaveradas, amoríos... Nada grave,
Un poco de locura, un algo de poesía,
una gota del vino de la melancolía...
¿Vicios? Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido;
ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido.
Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla,
media docena de cañas de manzanilla.
Las mujeres... -sin ser un tenorio, ¡eso no!-,
tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo.

Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente...
La agilidad, el tino, la gracia, la destreza,
más que la voluntad, la fuerza, la grandeza...
Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero,
a olor helénico y puro, lo "chic" y lo torero.
Un destello de sol y una risa oportuna
amo más que las languideces de la luna
Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-,
Con Montmartre y con la Macarena comulgo...
Y antes que un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.
Es tarde... Voy de prisa por la vida. Y mi risa
es alegre, aunque no niego que llevo prisa.


"NOCTURNO MADRILEÑO"
De un cantar canalla
tengo el alma llena,
de un cantar con notas monótonas, tristes,
de horror y vergüenzas.

De un cantar que habla
de vicio y de anemia,
de sangre y de engaño, de miedo y de infamia,
¡y siempre de penas!

De un cantar que dice
mentiras perversas...
De pálidas caras, de labios pintados
y enormes ojeras.

De un cantar gitano,
que dice las rejas
de los calabozos y las puñaladas,
y los ayes lúgubres de las malagueñas.

De un cantar veneno,
como flor de adelfa.

De un cantar de crimen,
de vino y miseria,
oscuro y malsano...,
cuyo son recuerda
esa horrible cosa que cruza, de noche,
las calles desiertas.



"YO, POETA DECADENTE"

Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente...,
y la noche de Madrid,
y los rincones impuros,
y los vicios más oscuros
de estos bisnietos del Cid:
de tanta canallería
harto estar un poco debo;
ya estoy malo, y ya no bebo
lo que han dicho que bebía.

Porque ya
una cosa es la poesía
y otra cosa lo que está
grabado en el alma mía...

Grabado, lugar común.
Alma, palabra gastada.
Mía... No sabemos nada.
Todo es conforme y según.






ÚLTIMA
Ya me ha dado la experiencia
esa clásica ignorancia
que no tiene la fragancia
del primero no saber.
¡Oh la ciencia de inocencia!
¡Oh la vida empedernida!...
Desde que empezó mi vida
no he hecho yo más que perder.

Ya mis ojos se han manchado
con la vista de lo feo.
No creía... Y ahora creo
en todo y en algo más.
He querido serlo todo
y ya ni sé si soy algo...
De lo que dicen que valgo
no me he creído jamás.

Escritor irremediable,
tengo la obsesión maldita
de la vil palabra escrita
en el odioso papel.
Y mi ingenio -¡el admirable!-
en mi martirio se ingenia...
Con él y mi neurastenia
llevo el alma a flor de piel.

Apenado, sin dolores.
Amoroso, sin mujeres.
Libertino, sin placeres,
y rendido, sin reñir.
Ando, amante sin amores,
con mi juventud podrida,
por la feria de la vida,
sin llorar y sin reír.

La gloria... ¡para mañana!
¿El dinero? Yo no quiero
placeres por mi dinero...
La voluntad... ¡Es verdad!
Con ella todo se gana;
borra montes, seca pontos...
Yo no he visto más que tontos
que tuvieran voluntad.

Y ahora, en mitad del camino,
también me cansa el acaso.
... Perdí el ritmo de mi paso
y me harté de caminar.
La voluntad y el destino
diera por una bicoca...
- Y yo...
- Tú, calla. ¡Tu boca
es sólo para besar!




"CANCIÓN DEL PRESENTE"
No sé odiar, ni amar tampoco.

Y en mi vida inconsecuente,

amo, a veces, como un loco

u odio de un modo insolente.

Pero siempre dura poco

lo que quiero y lo que no...

¡Qué sé yo!

Ni me importa...

Alegre es la vida y corta,

pasajera.

Y es absurdo,

y es antipático y zurdo

complicarla

con un ansia de verdad

duradera

y expectante.

¿Luego?... ¡Ya!

La verdad será cualquiera.

Lo precioso es el instante

que se va.



Cante hondo (1912)

"SOLEARES"

Tonto es el que mira atrás...
Mientras hay camino alante,
el caso es andar y andar.
Yo voy de penita en pena,
como el agua por el monte,
saltando de peña en peña.
El andar de mi morena
parece que va sembrado
lirios, palmas y azucenas.
Tu calle ya no es tu calle:
que es una calle cualquiera,
camino de cualquier parte.
¡Pobrecito del que espera!
¡Que entre el ayer y el mañana
se va muriendo de pena!
Unos ojos negros vi...
Desde entonces, en el mundo
todo es negro para mi.

Ars moriendi (1922)

"OCASO"
Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.
Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.
Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,
para mi amarga vida fatigada...
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar en nada...!


Phoenix. Nuevas canciones (1936)

"NESSUN MAGGIOR DOLORE..."

¡Qué tristes almas en pena
son las viejas alegrías!...
¡Y qué fantasmas de días
las noches de luna llena!...

¡Qué lamentable cadena
de pobres melancolías
las horas largas y frías
de la barquilla en la arena!....

¡Qué broma absurda y pesada
es la aventura de amor,
hoy sin amor evocada!...

¡Dolor!... ¿dónde lo hay mayor
que recordar la pasada
alegría en el dolor?






(Pista para la próxima entrada.... La vida es NIEBLA...)

martes, 27 de julio de 2010

¡¡¡BARCELOOOOONAAAA!!!

...Cerré mi puerta una mañana,
y eché a andar...

....Dejé los montes,
y me vine al mar...


*****
Facto Delafé y Las flores azules -Enero en la playa.

Y tu piel es blanca,
como aquella mañana de enero
[...] Suerte que tú ríes y
no te enfadas porque eres más lista y menos
egoísta que yo ¿Todavía
tienes frío? Bueno, cierra los ojos un
minuto que te llevo a un lugar.

Imagina una calita, yo te sirvo una clara. Es
verano y luce el sol, es la costa catalana...

[...] Y esta cama congelada...
Congelada.

miércoles, 21 de julio de 2010

PREMODERNISMO POÉTICO ESPAÑOL

MANUEL REINA
La vida inquieta, 1894.
"La gota de sangre"

Sentados en la gótica ventana
estábamos tú y yo, mi antigua amante:
tú, hermosura y de placer radiante;
yo, absorto en tu belleza soberana.

Al ver tu fresca juventud lozana,
una abeja lasciva y susurrante
en tu seno de nieve y grana.

Viva gota de sangre transparente
sobre tu piel rosada y hechicera
brilló cmo un rubí resplandeciente.

Mi ansioso labio en la pequeña herida
estampé con afán... ¡Nunca lo hiciera,
que aquella gota envenenó mi vida!



SALVADOR RUEDA

Fuente de salud, 1906.
"La sandía".

Cual si de pronto se entreabiera el día
despidiendo una intensa llamarada,
por el hacer fúlgido rasgada
mostró su carne roja la sandía.

Carmín incandescente parecía
la larga y deslumbrante cuchillada,
como boca encendida y desatada
en frescos borbotones de alegría.

Tajada tras tajada, señalando
las fue el hábil cuchillo separando,
vivas a la ilusión como ningunas.

Las separó la mano de repente,
y de improvisto decoró la fuente
un círculo de rojas medialunas.


FRANCISCO VILLAESPESA
La copa del rey de Thule, 1900.
"Poema de opio"

Es otra señorita de Maupin. Es viciosa
y frágil como aquella imagen del placer,
que en la elegancia rítmica de su sonora prosa
nos dibujó la pluma de Teófilo Gautier.

Sus rojos labios sáficos, sensitivos y ambiguos,
a la par piden besos de hombre y de mujer,
sintiendo las nostalgias de los faunos antiguos
cuyos labios sabían alargar el placer.

Ama los goces sádicos. Se inyectan de morfina;
pinchan a su gata blanca. El éter le fascina,
y el opio le produce un ensueño oriental.

De súbito su cuerpo de amor vibra y se inflama
al ver, entre los juncos, temblar como una llama
la lengua roja y móvil de algún tigre real.

miércoles, 14 de julio de 2010

SOLITUD (o fruto de añejas fumadas)

Ensayo sobre la solitud, o

la sola compañía de la memoria.


Y verte cómo cambias
-y lo llamas vivir-
en todo, en todo, sí,
menos en mí, donde te sobrevives.
Pedro Salinas

El hombre es un lobo.
El hombre está mejor en soledad.
El individualismo del hombre.
Esta era la tesis que defendía Rousseau.

La falsa sociabilidad del ser humano iba en detrimento directo contra este principio, el de que el hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe. Si es así, ¿por qué ese afán de establecer vínculos con los demás?
El instinto de relación que conlleva el contrato social que nos determina -también entra en juego el determinismo que achica la conciencia humana, su capacidad de desarrollo propia e intransferible- se basa, en cierto modo y conforme a según qué perspectiva, en el miedo. El terror que cualquier ser, condicionado a priori, tiene a quedarse solo. Porque, definitivamente, la raza humana está dominada por la irracionalidad animal del pánico y las necesidades básicas a cubrir, como puedan ser el hambre o el deseo sexual.

Entonces, tampoco diferiríamos tanto de los cánidos u otros tipos de cuadrúpedos.

Empero, retomando el tema del acondicionamiento social del hombre, observamos un miedo humano a la soledad; abstracción que como dije, aterra.
¿Por qué? No es nada fuera del margen volver solo a casa después de la tarea del día; no encontramos anormal el ir a la compra acompañados únicamente de nuestros pensamientos, que desvarían entre cocinar patatas o huevos; como tampoco lo es el realizar los quehaceres domésticos contando para ello solo con la bayeta y el detergente o la lejía -entes concebidos como poco animados-. Sin embargo, sí es raro e incluso, tomado por costumbre, criticar a aquellos que, sumidos en sus proposiciones y cláusulas mentales, mueven los labios en soledad y para sí mismos, como diciéndose algo. Esto es, hablar uno solo; algo que todos practicamos con frecuencia. Pero como decía, mal visto y comentado con feroz hipocresía.
Tal vez, la gente que frecuenta dicha actividad sea la única que verdaderamente entiende, y por tanto, sabe que el hombre está solo.

Aquí nos unimos a la propuesta individualista del autor francés. Crítica a la soledad consabida y aceptada. ¿Por qué? Me pregunto yo -sí, en soledad y para mí-. Se critica, pues, algo que no se tiene como norma, o, en este caso, algo que no se asimila.
El pavor a estar solo.
A saberse solo.
A sentirse solo.
Algo que acentúa esta problemática, es verse amenazado por ella - la soledad - cuando una multitud desconocida e impertinente rodea el espíritu. De nuevo, el determinismo social.

Existe, en cambio, un reducido número de individuos -quizá aquellos que habitúan a hablar consigo mismo- que eligen libre y deliberadamente, nunca por albedrío locuaz, esta opción de tener en estrecha amistad el ámbito de la solitud.
Y digo solitud, término catalán -lo cual, también traerá problemas por lo ya sabido respecto al agudo nacionalismo que recientemente han adquirido las lenguas y sus instrumentos de expresión en la realidad común- porque me resulta una realización material de lo abstracto más bonita de la que se tiene en porción de lo que verdaderamente es.
La soledad, sí.
Ese camino a seguir, escogido por unos cuantos de toda la multitud, que lleva a la realización plena que persigue, instintivamente, nuestra razón.
Recreación individual entendida como exaltación de la porción de libertad que nos corresponde a cada cual dentro del irremediable entorno social en el que un día fuimos expulsados y con el que, día a día, hemos de convivir.
Dentro de esa bifurcación escogida, rayaría una nueva separación: la de aquellos que, en un intento de escapismo extremo, pierden la noción del tiempo, del espacio, y que, sin saber muy bien dónde se sitúan, quedan desviados completamente y descuidan la línea separatista del imaginario colectivo y el suyo propio. O lo que es igual: la frontera entre la realidad y la imaginación.

Dejando a un lado dicho asunto, lo cual ya sería de absoluta gravedad para la integridad de la mente humana, seguimos en el sendero de la solitud. En él encontramos entes, sí, en plural, porque elegir el derrotero de la soledad no significa que uno se vaya a encontrar, de repente, en una llanura deshabitada, colindante con la nada. Error de comprensión que provoca, en parte, dicha aprensión a ese "estado" (porquela soledad lejos de ser un acto, es, más bien, un estado; uno "está solo", voluntariamente o no; pero lo está, lo es; no lo crea o lo realiza; simplemente, lo acata y actúa).

Estos entes, como decía, caminan con las manos en los bolsillos; los ojos bien abiertos, mirando, rastreando todo vestigio de esa extraña especie bípeda con la que se cruzan, aunque muy de vez en cuando. Se impresionan de ver prójimos como ellos, con su misma solitud adquirida; y, sabiendo que cada vez que se encuentren con uno, evidentemente, son uno más, han de rascan toda superficie que ven hasta extraer de ellos su máxima exhalación. No se debe confundir esta laboriosa tarea de arañar la superficie callosa del alma, con la tendencia popular que se tiene al otro lado del camino: la del fisgoneo interesado.
En absoluto. Para ellos, es un aprovechamiento intelectual, cultural, espiritual, si cabe, que agranda como persona a quien posee, como máxima, el deseo de expandir su abstracto.

Un goce privado.
Un disfrute autonómico.
Una dicha independiente.

Mas no todo el recorrido se presenta tan placentero.
¿Cuál es el precio de la soledad? Aquí empleo ya el término castellanizado, porque entiendo que la comprensión del lector estará más facilitada, al estar más vinculado a su uso.
¿Cuánto cuesta estar, saberse y sentirse completamente solo?
Aunque, ¿es eso posible? Sin duda, los seres que caminan por la ruta solitaria, mantienen -y de manera frecuente, pues tampoco deben ser considerados como aislados, pese a que así sea- contactos con esa ancha avenida transitada por la masa (tómese, para más y mejor claridad, el ejemplo que Ernesto Sábato hace en la descripción de El túnel).
Que las noticias venideras de sus antagonistas, sean perecederas y sin posibilidad de usufructo, no quiere decir que no las reciban, pues, como se explicó, igual viven en sociedad, se relacionan, aunque módicamente, con ella. Con lo cual, es difícil aclarar si el ser , digámoslo así, solitario, está por completo sólo.
No. En mi opinión, no lo está; pero es normal que así lo sienta.
Cumple, a duras penas y con acatamiento impasible, esa parte que se le adjudica dentro del contrato social del que, en ocasiones, tanto reniega.

El ser solitario sufre la marginación dentro de un mundo no pensante, no concluyente, y por lo tanto, sin principio ni fin. Sin razón de ser. Entreveo más comprensible su existencia, dedicada a la reflexión de los acontecimientos presentes, pasados, y, por qué no, futuros, o enunciados posibles dentro de una mente que atiende a las señales que otros le van dejando.

Verdaderamente, el precario dilema para el que apoya la noción de la soledad, de la manera más práctica posible, esto es, con su propia existencia, es justamente esto: las marcas o pistas de extraños, la aparición de los recuerdos.
Mi convencimiento me da razones para creer que, aquel que vive feliz en soledad, nunca se arrepiente de ello. Nunca, salvo cuando una señal externa le daña la tranquilidad; le excita el ánimo. Y éste, solo puede ser perturbado por algo que marcó un antes y un después. La pérdida de algo o alguien. El paso dado entre ser presente y ser pasado. Ser el recuerdo de alguien. No imagino hasta qué punto esto es algo positivo. Mientras todo cambia, evoluciona o, simplemente, se deja arrastrar por el paso del tiempo, el recuerdo queda quieto. Impune a todo. No sufre, no se transforma. Nada puede alterarlo. Es y será como en su día fue. El mismo. El último apretón de manos, los dos corteses besos finales; ver cómo desaparece en la lejanía una figura. Eso es lo que permanece. Incluso la pesadumbre; o la tranquilidad, en caso contrario, que deja el adiós con un semejante, es lo que finalmente selecciona la memoria. Y ahí está. Pasa un tiempo (tanto más cuanto más importante sea) y su nombre, reverberando en cualquier punto del planeta - incluyendo si pertenece a alguien que componga el lado de los "no solitarios" -, hará que vaya esa instantánea a hacerle una visita al alma transeúnte en solitud.
Y, de nuevo, confusión. Ser recuerdo es ser pasado. Ya no hay posibilidad de retorno.
Todo reencuentro -entre solitario y el personaje que conforma su recuerdo- , si es que lo hubiera, estará encabezado por un "¿Te acuerdas cuando...?" Con este supuesto, y tras las previas etapas, cual duelo, de negación e incredulidad ante la reciente pérdida, llega la aceptación de la realidad.
¿Dónde está todo aquello que, pensaba en soledad, seguía vivo? ¡Ah! Increíble la posibilidad de que algo fuese como creía que era. Subjetivos recuerdos...
"¿Se puede confiar en los sentidos?", dijo Kant. Atrofiados, distorsionan lo que nos hacen percibir. Ilusiones y recuerdos no son más que eso: precaria veracidad que nosotros mismos nos hacemos creer. El consuelo de los tontos. Alivio sintomático para los avispados que huyen del ayer. Aunque, resignándose estoicamente, el discernimiento alcanza a comprender que siempre será mejor ser recuerdo pasado que nunca vivido. O, peor, sujeto irreconocible ante los ciegos ojos del insensible.

Por ello, la memoria mata el deseo de liberación en soledad. Hace llorar por la añoranza de compañía externa; provoca, incluso, al solitario avergonzarse de su elección. Y es entonces, cuando surge el retrotraerse del individuo. La desmemoria que rompe la unión entre la mente y el alma es el bálsamo que cicatriza los tijeretazos de ciertas incursiones realizadas, descabalmente, al lado del camino donde no pertenece el solitario, y por el que regresa al que nunca debió abandonar.
Entonces, de nuevo, deseo incontrolable de olvido y redescubrimiento de soledad a solitud.

El deleite de volar en solitario, sin que las alas de la imaginación, el entendimiento, la razón y el sentimiento, se vean cercenadas por lo arbitrariamente establecido, acordado y acomodado a esa otra parte del camino que sin duda es la opción más fácil y holgada de asumir.

Tomar decisiones en una vida que se plantea, desde el nacimiento de la misma, basada en la dualidad bipartidista del laissez faire, laissez passer, no es otra cosa que el reflejo fisiócrata de esa despreocupada ruta poblada de cretinismo mental e ideológico.

Enlazando el último punto, doy conclusión al adentrarme en el lodazal de las ideas. Quede claro que las defendidas por la soledad no son una contraposición o cabezonería ilógica de sus incondicionales. Son, por decirlo de manera sencilla para la intelección de aquellos que se vean aludidos con tal término -pues será que la dominan- , la única manera de expresar la individualidad que surge de la felicidad -y/o viceversa- cuando ésta, postreramente, es encontrada. Y no precisamente al final de una marginada existencia ubicada siempre en un plano inferior, de identificación simpatética, sino en aquellos pequeños momentos de deleite en el que uno y uno, recién encontrados y aún sorprendidos, dejan de ser dos en soledad.

Supongo, que, para el común de los mortales, llegar hasta este punto ha sido algo bastante amargo.
Afirmo, lo es.
Sin embargo, para el osado que haya continuado, solo por convicción propia -y tal vez, algo egoísta- ha de significar dos méritos. Uno, el de haber resistido un obstáculo más en el empedrado camino. Dos, el de saberse descubridor de la más profunda soledad que impera detrás de estas líneas.

Tú, que has llegado hasta aquí, puedes considerarte abiertamente y sin tapujos como un verdadero ser en solitud; pues si no, ¿hubieras podido emplear este tiempo disfrutado en compañía de intereses ajenos?

jueves, 8 de julio de 2010

Canto patrio: desde Segovia, con amor.

Aprovechando que todo el mundo está como loco exaltando colores, banderas y demás signos de "la madre patria", voy a dejaros, sin que sirva de precedente, un poquito de publicidad "turística". Y esta vez, no de Madrid. Una se considera ya más merengona que la Cibeles, pero, inevitablemente, oye una dulzaina y se pone chocha... ¡Qué le vamos a hacer!
¿Saben ya de qué ciudad les hablo?

Al 125º aniversario de nuestro querido Acueducto como Monumento Histórico de Interés Nacional (que se conmemoró en octubre del pasado año, bajo el lema "Segovia, una ciudad a los pies de su acueducto"), le siguen o, mejor dicho, quedó inscrito dentro de todas las manifestaciones culturales propuestas por suAyuntamiento y apoyadas por sus centros culturales (que tampoco son muchos, todo sea dicho) y los entusiastas ciudadanos que, de vez en cuando, se atreven a poner en su boca dicho término.Los segovianos, pueblo de estirpe castellana, áridos de carácter y acento "más bien de pueblo", de vez en cuando, marcamos un gol por sorpresa y nos vemos de hito en hito celebrando ciertas cosillas (vamos, que nos obcecamos en ello). Dichas fechas meritorias de quedar salvaguardadas en nuestra efeméride rural y jotera, nosotros mismos llegamos a considerarlas "de andar por casa". Ya pasó en 1984 cuando la UNESCO concedió el título de Patromio de la Humanidad a la Ciudad Vieja (donde se encuentran el Alcázar-residencia de Alfonso X o Los Católicos-; la Catedral de Santa María -denominada "Dama de las Catedrales", por ser la última de estilo gótico levantada en España-; o sus juderías).
Y, hombre, ya era hora de que montáramos algo otra vez...

¿De qué les hablo, queridos lectores? Pues toda esta perorata es, ni más ni menos, una carta de presentación y bienvenida para que visiten la página oficial de la candidatura de Segovia como Capital europea de la Cultura para el 2016. Muy fácil: sólo un click y podrán echarle un ojo a la Agenda Cultural, cuyas convocatorias y eventos giran ya, y desde hace un par de añitos, en torno a promocionar nuevas miras sobre la villa del archiconocido "cochinillo de Cándido".
Ilusión; Futuro; Calidad de vida; Patrimonio; o Cooperación son algunas de las consignas que proponen impulsar la cultura gracias a proyectos sostenibles y duraderos que darán cita a ciudadanos de todos el mundo en la "Ciudad victoriosa", según la denominaron los primeros celtíberos.
Y para darnos más a conocer, una red de "embajadores"cuyo elenco cuenta con el deportista Pedrito Delgado, la presentadora Eva Hache, la escritora Espido Freire o el Nuevo Mester de Juglaría, entre otros.

Sin más dilación, y sin ánimo de aburrir demasiado, les dejo que disfruten, si es que aún no lo han hecho, de mi tierra natal.
Como les decía es de fácil acceso: pinchen en cualquiera de los enlaces de este mismo texto, o busquen en el margen izquierdo del blog el eslogan que les llevará, directamente, a la web destinada a la promoción de la candidatura.
Y, para los más valientes, existe la posibilidad de contribuir de diversas maneras: hazte Cuidadano 2016; colabora en el programa de Voluntariado Cultural; participa a través de la web, en su blog, sus encuestas o su banco de ideas; o, simplemente, no dejes de informarte con el bolentín de NewSegovia2016 o su "world café" SegoviaExpresso.




Estatua del pueblo de Segovia al comunero Don Juan Bravo.
Plaza de las Sirenas.
(SEGOVIA)

"...y las llamas comuneras
otra vez crepitarán:
cuanto más vieja la yesca,
más fácil se prenderá..."

miércoles, 7 de julio de 2010

La saga/fuga de J.B. (GTB)

Aquella sonrisa rápida, casi secreta, quiere significar que muera el cuento. Pero el señor Poncio desconoce las claves que permiten interpretar la sonrisa de don Acisclo, que siempre es la misma, pero con matices y significaciones múltiples. "No se fije en la mueca de los labios, sino en lo que sucede en las comisuras."

Y claro, como una no tiene bastante con intentar el septiembre que toca esta vez, se enreda con 500 páginas de más.... Lo de siempre... Con tal de no hacer lo que se debe....